Sobrevivió el crédito plástico

Por Alejandro Fernández W.

Analista financiero

A pesar de su relativa madurez, el negocio del crédito plástico sigue siendo uno de los principales impulsores de la actividad (y la rentabilidad) bancaria en el país, y eso que muchos pensaban que no sobreviviría a reformas estructurales impuestas por las autoridades.

Al cierre del 2017, la cartera total de saldos en tarjetas de crédito, según el Banco Central de la República Dominicana, se acercaba a su pico histórico: RD$50,000 millones, colocada a través de 2.4 millones de plásticos en las manos de más de un millón de dominicanos.

Otros rubros del crédito a personas han crecido mucho más en la última década, como los financiamientos hipotecarios y para vehículos, pero esas facilidades, al ser garantizadas, llevan tasas de interés significativamente más bajas que las aplicadas a las tarjetas de crédito, por lo que el aporte a la rentabilidad bancaria del “plástico” sigue siendo muy alto.

En la primera gráfica vemos que el dinamismo promedio del negocio ronda el 12%, en términos interanuales y que llegó a su climax hacia finales de 2015, cuando se disparó un 23%, principalmente por la más agresiva presencia del coloso público en este segmento.