Caída del mercado

Un viandante observa información bursátil en una calle de Hong Kong (China) hoy, 24 de agosto de 2015.

La mezcla de economía dirigida con mercados financieros libres envuelve un componente explosivo en su interior.

En su forma peculiar de operación, las señales que habitualmente guían a los inversionistas en sus decisiones de oferta y demanda de acciones y otros tipos de valores tienen una efectividad reducida, limitada por la incidencia de las actuaciones gubernamentales sobre los movimientos de los precios.

Sin señales claras que reflejen la realidad subyacente que debe corresponder al precio de las acciones, el mercado es susceptible a variaciones inesperadas, resultantes de cambios bruscos en la percepción de los participantes.

La caída en el precio de las acciones en China ocurrido ayer pone de manifiesto la vulnerabilidad que tienen los mercados financieros en que las autoridades y los bancos, dirigidos por el gobierno, crean condiciones propicias para valoraciones desvinculadas con los fundamentos económicos de las empresas, situación que se hace más relevante en momentos en que el ritmo de actividad económica decrece.

El descenso arrastró a la baja las acciones en otros mercados financieros, dada la vinculación que existe entre ellos por la importancia que China ha llegado a tener en la economía mundial, combinada con el papel que ha venido desempeñando como motor de otras economías. Los bienes básicos también fueron afectados con disminuciones en sus precios, incluyendo el petróleo y los minerales, mientras que la demanda por bonos alemanes y estadounidenses aumentó.

El gobierno chino, por supuesto, tiene medios para combatir el descenso, incluyendo recortes de intereses y compras directas de valores. La lección, sin embargo, es que mercados apuntalados por decisiones administrativas son propensos a fluctuaciones especulativas y a episodios de pánico, a pesar de la disponibilidad por parte del gobierno de instrumentos para revertir las tendencias de la oferta y demanda de valores.

gvolmar@diariolibre.com