?Soluciones de escape

El retroceso en la lucha contra la pobreza causado por la pandemia representa un gran desafío para los países subdesarrollados. Por sus implicaciones sobre las políticas públicas, se ha puesto mucha atención sobre las medidas que los gobiernos pueden tomar para hacer frente a la situación. No obstante, igual atención merecen los esfuerzos que las personas hacen para resolver sus apremios económicos.

Relevantes a ese respecto son los estudios del comportamiento de los individuos en relación con la línea de la pobreza. En reiteradas ocasiones se ha comprobado que en las naciones más prósperas la confianza en mecanismos graduales como la educación y las inversiones para mejorar el nivel de vida, es más alta que en las naciones pobres. Y en cuanto a estas últimas, es notable el empleo de mecanismos de escape, los cuales involucran soluciones puntuales que implican romper con los esquemas seguidos hasta el momento.

La vigencia de las soluciones de escape está relacionada con el concepto de supervivencia. Si luego de explorar mecanismos convencionales las personas llegan a la conclusión de que a lo más que pueden aspirar es a sobrevivir en las condiciones en que están, pueden resignarse a seguir así, decisión muy común en sociedades muy tradicionales. Pero pueden también tratar de escapar, recurriendo a mecanismos alternativos. Es por esa razón que muchos intentan emigrar aunque sea ilegalmente, o que perciben los cargos públicos como una oportunidad para hacerse de dinero. La cultura social se adapta a esos mecanismos alternativos y ellos pasan a ser parte de la conducta de todos los segmentos sociales.

Y como constató el economista inglés David Chivers, profesor en la Universidad de Durham, existen trampas de pobreza vinculadas con la propensión a asumir riesgos para salir de ellas. Observó que quienes se encuentran muy por encima, o muy por debajo, del nivel de la pobreza, están más dispuestos a asumir riesgos que quienes están apenas por encima.