Trazas orientadoras

Vestidos como agentes del orden, los delincuentes entraron a la casa y asaltaron a las personas allí presentes. Si las víctimas hubieran podido constatar que no eran policías verdaderos, no les habrían dejado entrar. Historias como ésa se repiten en muchos lugares del mundo, y tienen variantes más siniestras como cuando se trata de terroristas que pretenden ser turistas o peregrinos. En otro contexto y por medio de una plataforma tecnológica, la DGII pondrá en marcha este año un mecanismo conocido como trazabilidad fiscal, el cual permitirá detectar productos, especialmente bebidas alcohólicas y cigarrillos, objeto de contrabando, subfacturación y evasión fiscal. Sus inspectores podrán identificarlos, pero con una aplicación móvil también podrán hacerlo los usuarios y consumidores, algo parecido a validar las credenciales de los policías antes de abrirles la puerta. Y podrán notificar las irregularidades que detecten. Para los productores y comercios que cumplen con las disposiciones tributarias, el mecanismo equivale a una herramienta de protección contra la competencia desleal. Esto así pues es evidente que productos que escapan, total o parcialmente, del pago de los gravámenes a que están sujetos, tienen una ventaja de costos respecto de los que sí los pagan. Es, por lo tanto, de su interés que el sistema funcione y sea ampliamente utilizado. Pero aunque las empresas cumplidoras estén motivadas a apoyarlo, ¿por qué lo estarían los consumidores? Se podría argumentar que por patriotismo o deber ciudadano, pero sabemos que ésas no son virtudes universales. Y tampoco luce probable que lo hagan para que sus impuestos lleguen al gobierno o para evitar que haya que crear otros gravámenes. Pero como los productos ilícitos pueden estar adulterados, falsificados, contaminados, deteriorados o vencidos, podrán interesarse en identificarlos. Así como los policías falsos pueden atracar y herir, esos productos también pueden ser dañinos.

Doctor en Economía de Columbia University especializado en empresas, mercados, pronósticos y riesgo.