Brillo metálico

Es innegable que un cierto grado de fatalismo está asociado con las explotaciones mineras

Las imágenes de exploradores aventureros, confiados en encontrar legendarias minas de oro y plata, forman parte de incontables narraciones de esperanzas frustradas. Los filmes acerca del salvaje oeste norteamericano, muestran personas dispuestas a enfrentar graves peligros y soportar grandes penurias, todo con el propósito de hallar la veta mágica que les haría súbitamente ricos. Seguían los pasos de los conquistadores españoles, atraídos al nuevo mundo por la codicia inspirada por los relatos de yacimientos fabulosos. Decenios y siglos después, el lustre de los metales preciosos continúa inalterado.

Las realidades económicas, no obstante, no suelen estar a la altura de los vuelos de la imaginación. A pesar de la fantasía que acompaña y rodea al oro y la plata, son metales menos glamorosos los que dominan la industria minera mundial. En Latinoamérica, el líder indiscutido es el cobre, ocupando Chile el primer lugar entre los productores. La cuantía de las inversiones, como es lógico, va de la mano con la magnitud de las oportunidades de negocio, por lo que ocho de las diez mayores empresas mineras en la región se dedican a la explotación de las minas de cobre. Otros renglones mineros, como la bauxita, el litio y el hierro, apuntalan también las entradas de divisas de las naciones latinoamericanas.

Es innegable que un cierto grado de fatalismo está asociado con las explotaciones mineras. Por ser recursos agotables, su extracción podría generar una sensación incómoda, en cuanto a que se está consumiendo algo que la naturaleza aportó por una sola vez, no pudiéndose reponer una vez se haya agotado.

Investigaciones llevadas a cabo revelan, sin embargo, una notoria tolerancia al respecto, indicativa de imprevisión. Más que angustiarse por la desaparición eventual de los yacimientos, los países y comunidades involucrados no dudan en dedicar los ingresos obtenidos a gastos generales de consumo, inquietándose más por la forma como esos ingresos son repartidos.

Doctor en Economía de Columbia University especializado en empresas, mercados, pronósticos y riesgo.