Declive en Tiffany’s

Ganadora de dos Oscares, la película de 1961 en que Audrey Hepburn hizo de la joyería Tiffany’s un lugar famoso en todo el mundo permanece como una de las más renombradas comedias románticas en toda la historia del cine. La otra historia, la de Tiffany’s misma, no es menos larga y glamorosa.

Fue fundada en 1837 como una tienda de artículos variados, con ventas locales y por correspondencia. Su primera sede principal en Nueva York, abierta en 1870 y descrita como un palacio de joyas, no fue la visitada por Audrey Hepburn en la Quinta Avenida, sino otra en la calle catorce, en la que permaneció hasta 1906.

Hoy en día tiene tiendas propias o representantes esparcidos a nivel mundial, incluida la República Dominicana, y en su portal web señala a la Casa Virginia en Santo Domingo como su representante aquí, aunque había informado que dejaría esa representación sin efecto.

Durante años se debatió a lo interno de Tiffany’s, si ésta debía mantenerse como un nicho enfocado a los más pudientes, o ampliar sus ventas a la clase media con ofertas especiales y precios más bajos.

Ha tratado de combinar ambos objetivos, haciéndose más asequible sin perder el aura de exclusividad, con resultados mixtos.

En enero de este año Tiffany’s calificó sus ventas de diciembre pasado como decepcionantes, incluyendo las efectuadas en Japón, que representan el 12% del total, y atribuyó parte del descenso a la reciente fortaleza del dólar.

El valor de sus acciones descendió un 14.4%, a US$88.52 por acción, su mayor declive diario en más de diez años. Ayer al mediodía se cotizaban a US$84.05.

Muy dependiente de sus ventas en el continente americano y en el lejano oriente, la compañía se propone incrementar su presencia en mercados emergentes a fin de diversificar sus fuentes de ingresos. El 8% de sus ventas totales las hace en su tienda de la Quinta Avenida, gran parte de ellas a turistas acaudalados.

gvolmar@diariolibre.com