El alza precios de los combustibles toca a las puertas de los hogares

SANTO DOMINGO. El tema del aumento en el precio del barril de petróleo, que aparenta propio para economistas y expertos, empieza a inquietar a los cabeza de familia porque atenta de manera directa contra el presupuesto del hogar.

La razón es fácil de comprender, porque su sostenido incremento y la tendencia a que continúe hacia arriba, provocarán un aumento de los combustibles y la subsiguiente alza del transporte y de los comestibles.

Es axiomático, casi un abc: si los carburantes suben de precio, como ha estado aconteciendo semana tras semana, se reflejará en la tarifa del transporte público y privado y afectará también los productos de la canasta familiar.

Como la tendencia por problemas internacionales es a que los hidrocarburos sean cada vez más caros, una de las niñas bonitas de las autoridades, el relativamente bajo Índice de Precios al Consumo (IPC), o sea, la inflación, empezará a resentirse.

Es que nuestra dependencia del petróleo es total, claro, no lo producimos, y su aumento se traslada de manera automática a los precios de bienes y servicios esenciales.

Las familias con un presupuesto fijo para el hogar, se verían seriamente presionadas y obligadas a explorar opciones, ya sea con la reducción de sus gastos o modificando sus hábitos de vida.

El alza en el combustible, la canasta básica, más las alzas de las tarifas de los colegios, aumento de los pasajes de transporte, provocaría tarde o temprano aumentando de la pobreza, por el precio a escalar a clase media.

El repunte de los últimos días se ha relacionado con la decisión de Estados Unidos de abandonar el pacto nuclear con Irán y retomar las sanciones contra ese país, que incluyen limitar las exportaciones de sus productos petroleros.

Según analistas el escenario apunta a que continuará la tendencia alcista en el petróleo.