Problemas económicos de Argentina socavan perspectivas electorales de Macri

La incapacidad para elevar los estándares de vida y los errores en la campaña allanan el camino para el retorno de la izquierda

Cientos de mujeres en la marcha del XXXIV Encuentro Nacional de Mujeres este domingo, en La Plata (Argentina).

El presidente de Argentina, Mauricio Macri, sonó prácticamente compungido cuando se dirigió a una multitud en el corazón de la región vinícola de Malbec, en busca de apoyo para su reelección.

“Todos sabemos que los últimos tiempos han sido difíciles, especialmente el último año y medio. Pero quiero decirles que los he escuchado y los he entendido, he tomado nota y he comprendido”.

“Ahora viene algo distinto”, añadió, prometiendo un cambio de enfoque.

Pero todo sugiere que ese “algo distinto” reservado para Argentina es el principal oponente del Sr. Macri, Alberto Fernández, un peronista de izquierda que se ha postulado en dupla presidencial con la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Es el favorito absoluto para ganar las elecciones del 27 de octubre.

Un segundo año consecutivo de recesión, una fuerte devaluación del peso, un histórico rescate de US$57 mil millones del Fondo Monetario Internacional (FMI), el aumento de la pobreza y el agravamiento del desempleo serían factores terribles para cualquier candidato que estuviera buscando la reelección. Pero para un descendiente de una de las familias más ricas del país, son especialmente tóxicos, lo cual explica el arrepentimiento del Sr. Macri.

La multitud de clase media de unos pocos miles que se reunió en una plaza en la ciudad de Mendoza vitoreó obedientemente y agitó pancartas con el lema de la campaña, “Sí podemos”, mientras el presidente daba un discurso de campaña que duró apenas 20 minutos conforme su voz se quebraba por momentos. Su esposa Juliana Awada, con un vestido negro de diseñador, le puso una mano en el hombro para consolarlo, exudando la natural elegancia millonaria que le valió la aclamación de la revista Vogue como “la mejor vestida”. Un dron se cernía sobre él captando imágenes para transmitirlas en las redes sociales. El acto de apertura del mitin había sido organizado por el hijo de un magnate de la soja.

Probablemente nada en el mitin disipará la imagen del Sr. Macri de hombre rico ajeno a las dificultades económicas que enfrenta la mayoría de la población bajo su gobierno.

El golpe de gracia a la tambaleante campaña del Sr. Macri se produjo en las elecciones primarias a nivel nacional el 11 de agosto. Los resultados, que muchos consideran un barómetro preciso de las intenciones de voto, mostraron que el presidente perdió por un enorme margen de 16 puntos porcentuales ante el Sr. Fernández.

Casi de la noche a la mañana, la campaña del Sr. Macri se desinfló. Los inversionistas se asustaron ante la perspectiva de un retorno de un gobierno peronista y abandonaron los activos argentinos, lo cual desencadenó una caída en el mercado de valores y otra gran caída en el valor del peso. La credibilidad ya maltrecha del Sr. Macri recibió otro golpe cuando el gobierno se vio obligado a posponer los pagos de la deuda interna e imponer controles de cambio.

Los empresarios tenían grandes esperanzas en el Sr. Macri cuando asumió el poder, pero muchos han perdido la paciencia después de los repetidos errores de su administración en el ámbito económico. “Éste es uno de los peores gobiernos de la historia, mucho peor de lo esperado”, dijo enfurecido un alto ejecutivo bancario basado en Buenos Aires. “Nuestras expectativas eran demasiado altas por lo que el choque ha sido mucho peor: es como caerse de cabeza del 25º piso”.

Las encuestas de opinión no predijeron la gran derrota del Sr. Macri en las elecciones primarias, por lo que sus pronósticos de una rotunda victoria del Sr. Fernández se están tomando con precaución. Sin embargo, es difícil encontrar a alguien en Buenos Aires que crea que el Sr. Macri, hijo de un multimillonario desarrollador de propiedades, se dirige a otra cosa que no sea una gran derrota.

“La percepción ahora es que Macri es un idiota de la clase alta que no tiene sensibilidad hacia las personas y no entiende nada”, dijo Luis Tonelli, presidente del departamento de ciencias políticas de la universidad de Buenos Aires.

El personal de prensa del Sr. Macri dice que no dará entrevistas a los medios de comunicación internacionales durante la campaña y que sus asistentes cercanos no estaban dispuestos a hacer declaraciones oficiales. En privado, algunos admiten que ya se están preparando para la vida fuera del gobierno cuando finalice su mandato en diciembre.

El Sr. Macri, quien tiene un título de ingeniero civil, pudo superar su falta de carisma y escasas habilidades oratorias para alzarse con la victoria en una segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2015, en parte porque los argentinos estaban hartos del gobierno anterior, que estaba sumido en escándalos de corrupción y había dejado una economía sumida en el caos.

Tuvo algunos logros en la lucha contra la corrupción y la mejora de las instituciones, impulsando leyes que permiten la negociación de clemencia y el aumento del control sobre el financiamiento de campañas, además de darle una mayor transparencia a la licitación de contratos públicos.

Pero en el ámbito de la economía, el Sr. Macri se presentó en 2015 como el candidato del futuro, prometiendo que su equipo de competentes tecnócratas solucionaría los problemas económicos de Argentina. Ahora, tras fracasar estrepitosamente, vuelve a apelar a valores como la tolerancia y la democracia que tienen poca repercusión más allá de sus partidarios de clase media.

“Su estrategia de reelección es totalmente errónea”, dijo un consultor político radicado en Buenos Aires. “Debería estar atacando directamente al candidato de la oposición. Ni siquiera menciona a la oposición”.

Mendoza, una próspera ciudad de 930,000 habitantes en el oeste de Argentina, debería ser el territorio natural del Sr. Macri como bastión del partido Radical, uno de los miembros de la gobernante coalición Cambiemos del Sr. Macri. Sin embargo, es tanta la impopularidad del presidente que los Radicales ganaron las elecciones a la gubernatura el mes pasado realizando una campaña en la que evitaron cualquier mención del presidente.

No obstante, la gentil multitud en Mendoza no había perdido por completo las esperanzas. “Estamos haciendo esto por nuestro país”, dijo Sofía Mulero, una mujer bien vestida de setenta años envuelta en una bandera argentina. “No queremos volver al pasado”.

“Tenemos que acabar con esta cultura de aprovecharnos del Estado”, intervino su amiga Marta Ruiz. Norma Nicolai, una tercera integrante del grupo quien se describió a sí misma como una mujer de negocios, prometió desesperadamente que abandonaría el país y se iría a España si el Sr. Macri pierde. “Ya vendí mi casa”, dijo.

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“La percepción ahora es que Macri es un idiota de la clase alta que no tiene sensibilidad hacia las personas y no entiende nada” Luis Tonellipresidente del departamento de ciencias políticas de la Universidad de Buenos Aires