Los nuevos ricos del barrio

Once exfuncionarios de Pdvsa, contratistas de alto perfil del chavismo, personajes imputados por la justicia estadounidense y hasta un familiar del presidente Maduro incluido en la lista Clinton, realizaron compras por más de 60 millones de dólares en propiedades

Por Transparencia Venezuela y CONNECTAS

Abrir la puerta del apartamento 45C del edificio One57 de la calle 57, es entrar a uno de los apartamentos más lujosos y caros de Manhattan. Rodeado de ventanas que van del piso al techo, el 45C ofrece vistas privilegiadas de la Gran Manzana desde cualquiera de sus ambientes: Central Park, el río Hudson y, más allá, el horizonte de la ciudad. En cada uno de los espacios de este rincón, hay algo que eleva la categoría a otro nivel: mármol italiano, granito, aberturas que parecen obras de arte, baño privado para cada una de las cuatro habitaciones y una cocina empapelada de electrodomésticos de última generación. La dueña es María Lila Rincón, la esposa de Roberto Enrique Rincón Fernández: el empresario venezolano que en 2015 se declaró culpable de lavado de dinero y del desvío de más de 1.000 millones de dólares de la corporación estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), en uno de los mayores casos sentenciados de corrupción ocurridos en el país.

Valorado en 17 millones de dólares, este apartamento se encuentra en una de las áreas con el metro cuadrado más caro de la isla. La zona es conocida como el Billonaire Row, la avenida de los multimillonarios, célebre por la concentración de fortunas que se despliegan en un grupo de ocho rascacielos residenciales. El One 57, donde queda el inmueble de la esposa de Rincón, fue inaugurado en 2014. La estructura fue concebida por el laureado arquitecto francés Christian de Portzamparc y sus interiores por su colega danés Thomas Jull-Hansen, también profesional de cartel global. Muchos de los apartamentos de la zona fueron adquiridos como inversión inmobiliaria de grandes capitales y están a la venta, tal como pasa con el de María Lila Rincón.

Así promociona una empresa inmobiliaria al edificio donde María Lila Rincón tiene un piso:

Esa propiedad, sin embargo, no es la única de Maria Lila Rincón en Estados Unidos: la familia posee al menos dos apartamentos más en Brickell, el corazón financiero de la ciudad de Miami. Los inmuebles rondan en total los 19 millones de dólares y forman parte de los hallazgos de un trabajo de investigación periodística que siguió la pista de las propiedades de 11 venezolanos en Estados Unidos, una muestra que refleja la escala de las operaciones de personas de interés en ese país.

Estas compras de inmuebles se efectuaron a pesar de estar en la mira del Departamento de Justicia estadounidense, que sospecha que Maria Lila Rincón Bravo y su hijo, José Roberto Rincón Bravo, formaban parte de un grupo de personas que colaboraron con el magnate Roberto Rincón, esposo y padre de ambos, en el esquema de corrupción del que se declaró culpable. Aunque no han sido imputados de ningún cargo, la sospecha del Departamento de Justicia quedó registrada en documentos judiciales.

Pero no solo la justicia de Estados Unidos estaba tras la pista de los Rincón-Bravo. En junio de 2018, las autoridades de España detuvieron en una hacienda, a las afueras de Madrid, a José Roberto Rincón Bravo y a su madre, Maria Lila Rincón —ver aquí—. En la detención quedó en evidencia el lujoso estilo de vida de la familia del empresario. La Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional española y la Fiscalía Anticorrupción incautaron vehículos de alta gama, obras de arte, vinos y joyas. La UDEF necesitó 17 páginas para reflejar en las actuaciones todas las joyas intervenidas, valoradas por las autoridades en 12 millones de euros, aunque el diario español El Confidencial estima que el valor comercial podría triplicarse. Maria Lila Rincón y su hijo esperan el juicio en libertad. A sus abogados se le envió un cuestionario sobre los temas planteados en esta investigación y no respondieron.

Los beneficios del efectivo

La compra de inmuebles a través de empresas y pagadas en efectivo, ha hecho que el mercado inmobiliario, en particular el de alta gama, sea cada vez menos transparente y más atractivo para quienes desean ocultar activos dentro de los Estados Unidos. Datos analizados por el New York Times revelan que en los últimos años casi la mitad de las compras residenciales de más de 5 millones de dólares fueron realizadas por compañías fantasma.

Otro caso de compra de inmuebles a través de firmas es el de la empresa Luxe Investments Corp., registrada en Florida a nombre de Diego Alejandro Villarroel Atella. Esa sociedad es propietaria de una casa valorada en casi 3 millones de dólares, en el vecindario Pinecrest de Miami. ¿Quién es el verdadero dueño? Diego Alejandro Villarroel Atella, un joven venezolano, socio de Luis David Chacín Imbrondone, el hijo del empresario y contratista Luis Chacín Haddad, condenado en Estados Unidos a cuatro años de prisión por hechos de corrupción vinculados con la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec). En su perfil de Facebook, Villarroel evidencia una carrera meteórica: pasó de vender celulares y televisores en 2014, para luego vender y comprar dólares, cemento y cabillas en 2017, hasta convertirse en contratista de Corpoelec en 2019.

Villarroel y Chacín Imbrondone son socios de Guangzhou Ballac Trading Limited C.A., una empresa inscrita en el Registro Nacional de Contratistas (RNC) en Venezuela. De acuerdo a su página web, ofrece servicios de demolición, recuperación, almacenamiento, transporte, reciclaje y servicio de contenedores. Villarroel, además, es propietario de una empresa homónima, Guangzhou Ballac Trading Limited, LLC, registrada en el estado de la Florida y que, según datos de importación de la base de datos Import Genius, suplió en julio de 2019 de dos compresores tipo LMF a Corpoelec. La información de la importación revela que Guangzhou Ballac Trading Limited LLC actuó como intermediario entre la empresa fabricante, LMF, y Corpoelec. Villarroel fue contactado por Chavismo INC. pero no respondió al cuestionario enviado.

Además de las operaciones como la de Villaroel, con la compra de propiedades a través de empresas, Chavismo INC. evidencia la adquisición de inmuebles a través de familiares y socios. En esta lista se ubica Naman Wakil, un exvendedor ambulante vinculado al sector de la alimentación en Venezuela, que posee inmuebles a nombre de empresas, a nombre propio y de su esposa. Wakil se ubica dentro de todos los patrones identificados de compra de inmuebles en Estados Unidos. En Venezuela es conocido por ser el cuñado del exministro de alimentación, Carlos Osorio, un general del Ejército venezolano que por varios años controló las importaciones en materia de alimentos en el país, y por la posibilidad de obtener contratos con el Estado venezolano gracias a esta relación. Justamente en ese rubro amasó su fortuna Wakil: compraba carne y aves de corral baratas en Brasil, algunas de ellas cerca de su fecha de vencimiento, y luego las vendía a los programas de alimentación del Estado.

Un reportaje de Bloomberg publicado en 2019 reveló que Wakil ordenó a sus banqueros suizos que transfirieran 5.9 millones dólares a familiares de Carlos Osorio, como pago por otorgarle contratos para la venta de carne. Tanto Wakil como sus beneficiarios, utilizaron cuentas en el Compagnie Bancaire Helvetique S.A. (CBH), con sede en Ginebra.

La investigación del medio norteamericano cuenta que en junio de 2012, Wakil obtuvo un contrato para suministrar a Venezuela unas 70 mil toneladas métricas de carne de res, pasta y aceite de cocina. Para 2015, su fortuna personal había alcanzado los 400 millones de dólares, según se evidenció en la investigación global Panama Papers.

Unos 19 millones de dólares de esa fortuna se encuentran distribuidos en 13 propiedades dentro del estado de la Florida. De ellas, ocho están registradas bajo empresas, cinco son propiedad del propio Wakil y su esposa, Ingrid Maria Sayegh Sakka; dos en el mismo edificio: el 951 de Brickell Ave. de Miami. En la transacción de esos apartamentos hay una curiosidad: se los compró a Atahualpa Fernández Arbulu, un empresario estrechamente vinculado al mundo militar venezolano, los textiles y el agua embotellada. Wakil y Fernández, además, eran propietarios de apartamentos en la polémica Torre Porsche Design de Miami, un lujoso rascacielos de 60 pisos con elevadores para automóviles donde otros venezolanos conectados con casos revisados por la justicia estadounidense tenían también propiedades. Chavismo INC. contactó a Wakil para pedir sus comentarios sobre estas actividades, pero no se recibió respuesta.

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