Otra prohibición al tabaco

Se conoce su potencial adictivo, y se han comprobado los graves trastornos de salud que causa. Diversos mecanismos se han empleado en su contra, desde impuestos punitivos a vedas de publicidad, advertencias obligatorias y demandas judiciales a los fabricantes, pero aún así el tabaco y los productos que lo contienen siguen siendo consumidos por miles de millones de personas en todo el mundo.

En ningún otro lugar esos perjuicios se ilustran mejor que en China, donde la reciente prosperidad ha permitido un alza en el consumo de cigarrillos, y ha llegado a ser considerado como una señal de éxito y una forma de mostrar amistad, generosidad y respeto, siendo habitual ofrecerlos como regalo. El hábito está muy extendido entre los hombres, de los cuales el 55% fuma desde temprana edad, y uno de cada tres cigarrillos fabricados en el mundo se consume allá.

Con 330 millones de fumadores, 4.2 millones de ellos en Beijing, los daños en China son cuantiosos, pues más de un millón de personas fallece anualmente por enfermedades relacionadas con el tabaco, luego de procesos que involucran elevados costos en medicamentos, hospitalización y horas de trabajo perdidas.

A partir de esta semana, fumar en lugares públicos quedó prohibido en la capital de China, incluyendo oficinas, comercios y medios de transporte. Existe desde el 2011 una prohibición similar a nivel nacional, pero sin penalidades efectivas. Ahora los transgresores en Beijing serán multados con el equivalente a poco menos de 1,500 pesos dominicanos por cada infracción, y los establecimientos que permitan fumar serán penalizados hasta 50 veces ese monto. Pero algunos funcionarios no están alegres, pues el monopolio tabaquero estatal genera empleos agrícolas e industriales y un 9% de los ingresos fiscales a nivel nacional.

El camarada Mao no hubiera apoyado la prohibición. Decía que fumar no era una adicción, sino un ejercicio respiratorio.

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