Los barrios frente a Las Américas crecen de cara al mar, pero de espaldas al progreso

Al otro lado de la vía, las comunidades que crecieron sin orden adolecen de servicios esenciales

Valiente Adentro es un sector colindante con la autopista que ha crecido en medio de la informalidad urbana. (Diario Libre/Eddy Vittini)

Felipe Berigüete y su familia llegaron a Valiente Adentro hace 35 años, y construyeron su primera casa en un terreno que ocuparon, hace 27. Ahora, el señor observa angustiado lo que quedó de su vivienda de dos niveles luego de que un gredar la destruyera, enviado por un hombre que hace un año atrás se había presentado con un supuesto título en mano, como dueño del terreno.

La impotencia lo consume, pero la resignación es mayor. Reconoce que no tenía papeles allí donde construyó su casa. Ahora vive alquilado en otra que corre la misma suerte. “Estamos atados de pies y manos”, lamenta, visiblemente conmovido.

Los desalojos en asentamientos urbanos informales son apenas uno de los numerosos problemas que enfrentan miles de comunitarios que viven en los sectores que bordean la marginal de las Américas y que, durante décadas, han extendido la huella urbana sobre terrenos que nunca contaron con un plan de ordenamiento territorial.

Lo que inició como un interés de la gente en aprovechar su acceso a la principal autopista que conecta con el frente marítimo de Santo Domingo y el Aeropuerto Internacional de las Américas, ha terminado en la consolidación de varios sectores sobre un amplio territorio que adolece de calles asfaltadas, drenaje pluvial, electricidad regulada y acceso al agua potable.

Cómo quedó la casa de Felipe Berigüete luego de que trataran de destruirla para desalojarlo enValiente Adentro, SDE. Por (Diario Libre/Eddy Vittini)
Los desalojos a personas sin título en la zona son una práctica común. Vista de otra casa que también intentó ser demolida junto a la de Felipe Berigüete en Valiente Adentro, SDE. Por (Diario Libre/Eddy Vittini)

Creciendo sin un plan

Entender el crecimiento urbano alrededor de esta principal avenida requiere remontarse al menos 70 años atrás. Para la década de los 50, el malecón de Santo Domingo solo se limitaba al oeste de la ciudad. Fue en el 1956, durante la dictadura de Trujillo, cuando se construyó una autovía que enlazaba a  la ciudad con el nuevo aeropuerto.

Esta avenida se mantuvo hasta que la construcción del corredor Duarte, a finales de los 90, amplió la autopista y la conectó con las avenidas Duarte y Sánchez, a través de la 27 de Febrero y la John F. Kennedy. 

La transformación de Las Américas es un desafío complejo que requiere visión de Estado a largo plazo, una planificación integral y una visión sostenida en infraestructura, servicios y desarrollo económico localMarcos Barinas Urbanista

“Esta megaobra unificó el norte, sur y este del país a través de Santo Domingo e incluyó un nuevo puente, elevados, un túnel e intervenciones paisajísticas y artísticas, desde el río Ozama, hasta Boca Chica”, puntualizó el urbanista Marcos Barinas al respecto.

Sin embargo, esta obra vial careció de una planificación que diera respuesta a la expansión urbana que se avecinaba.

“Esta omisión provocó que, especialmente entre 1998 y 2006, se generara el crecimiento más significativo de la huella urbana de Santo Domingo a lo largo del eje de Las Américas, dando origen a sectores como Los Frailes, Ureña, Aguas Locas o Las Marías”, agregó.

  • Como consecuencia, la expansión de viviendas a lo largo de la zona aún se genera en la informalidad y a un ritmo cada vez más acelerado.
Vista aérea del crecimiento urbano en La Ureña, uno de los sectores próximos a la autopista de Las Américas, donde se observa que todas las calles están sin asfaltar. Por (Diario Libre/Eddy Vittini)
Vista aérea del crecimiento urbano en La Ureña, uno de los sectores próximos a la autopista de Las Américas, donde se observa que todas las calles están sin asfaltar. Por (Diario Libre/Eddy Vittini)

“Yo construí mi casa y todo aquí. Al pasito, grano a grano, yo sola”, afirma Lucila Sánchez, instalada en La Ureña hace más de 20 años.

Recuerda haber pagado mesura y tasación para la compra de unos terrenos propiedad del Consejo Estatal del Azúcar (CEA). Sin embargo, otras personas se adueñaron del terreno y, sin poder hacer nada al respecto, optó por construir en el solar que ahora ocupa.

Aunque ella permanece tranquila, y asegura que por donde vive no hay desalojos, eso no la exime de estar vulnerable ante la inseguridad jurídica de carecer de un título de propiedad.

Sin servicios básicos

Hace semanas que Víctor Jiménez de Óleo ha tenido que auxiliarse de vecinos para llenar un tanque de agua. A sus 75 años, esta situación lo lleva al borde de la insalubridad debido a que se pasa la mayor parte del tiempo solo y tiene una movilidad muy reducida producto de una trombosis.

A sus 75 años, Víctor Jiménez de Óleo ha tenido que lidiar con la falta de agua durante semanas en Valiente Adentro, SDE. Por (Diario Libre/Eddy Vittini)
Jiménez de Óleo tiene una movilidad reducida, lo que le limita poder limpiar su casa con cubos de agua. Por (Diario Libre/Eddy Vittini)
La única agua que recibe es la de las goteras cuando llueve, uno de sus mayores problemas debido al mal estado de su vivienda. Por (Diario Libre/Eddy Vittini)

En algunas zonas que se extienden desde Valiente Adentro hacia las inmediaciones del puente Juan Carlos, el agua potable “es un mito”, pese a que hay habilitados dos conductos de

“La primera vez que se entró (el agua), porque no lo sabíamos cuando nos mudamos, uno quiso volverse loco”, relató Martina González, quien compró una casa hace cuatro años en este sector, sin saber de esta problemática.

A González y a su familia le ha tocado levantar muros en la casa que recién compró por la zona y pagar hasta 17,000 pesos para construir filtrantes, como lo ha hecho cada vecino que vive por su calle.

Las aguas todavía se acumulan en las calles con baches producto de la lluvia en Arismar, Los Frailes, SDE. Por (Diario Libre/Eddy Vittini)
En Arismar, muchos vecinos han construido muros para evitar que el agua entre hacia sus casas y negocios. Por (Diario Libre/Eddy Vittini)
Necesaria la intervención de las autoridades

Con estos sectores ya asentados, las autoridades deben intervenir con un plan consensuado que mejore la calidad de vida y frene la expansión informal sobre los terrenos sin ocupar.

En marzo de 2024, el presidente Luis Abinader, visitó el sector La Ureña como parte del programa “Gobierno Contigo”.

Allí escuchó reclamos de los residentes y prometió mejorar calles y asfaltado, construir espacios deportivos y recreativos, y resolver problemas de transporte, iluminación y titulación.

A tres meses de esa visita, los trabajos de asfaltado ni siquiera han comenzado, denuncia el Bloque I de Juntas de Vecinos y Organizaciones Comunitarias de Santo Domingo Este.

Su presidenta, Dalkirys Ramírez, señala como prioridad declarar los terrenos de utilidad pública para evitar desalojos por parte de supuestos propietarios. 

Según Juan Terrero, estas acciones arbitrarias son posibles porque personas con influencias políticas alegan ser dueñas de los terrenos, llegan con títulos dudosos y, acompañados de fuerzas del orden, buscan negociar con sus ocupantes.

“La transformación de Las Américas es un desafío complejo que requiere visión de Estado a largo plazo, una planificación integral y una visión sostenida en infraestructura, servicios y desarrollo económico local”, precisó Marcos Barinas.

Periodista. Egresada de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), con un semestre adicional en Comunicación Escrita cursado en Maryville College, Estados Unidos. Ha escrito sobre economía para los periódicos El Jaya y elDinero. Apasionada por las finanzas, la cultura, la literatura y el bienestar.