El nuevo serrucho financiero (1/2)

Nunca olvidé la consulta de don Federico. Fue en plena crisis bancaria, allá en el 2003. “Alejandro, ¿en que puedo invertir un dinero que tengo?”. Le recomendé el Banco Central. En ese momento sus títulos pagaban hasta 60%. “No, no... Eso es demasiado riesgoso. Lo dejaré en mi banco.”

Don Federico dejó el dinero en su banco múltiple, donde pagaban un 18%. Lo que no sabía es que su banquero, ni corto ni perezoso, el mismo día que recibía aquel depósito llevó igual cantidad para invertirla... ¡en el Banco Central!

En definitiva, el riesgo era básicamente el mismo, pero don Federico, por desconocimiento, por falta de cultura o por una exagerada y muy necesaria (dado aquellos tiempos de crisis), aunque mal enfocada prudencia, dejó sobre la mesa un 42% de rendimiento para alimentar la rentabilidad de su banco.

La reflexión viene a colación al dimensionar el novel sector de las sociedades administradoras de fondos de inversión (SAFIs o AFIs) del país, especialmente las enfocadas en fondos mutuos o abiertos.

En la primera gráfica mostramos que mientras la banca capta más de RD$900 mil millones en instrumentos de ahorro e inversión, las AFIs que gestionan fondos mutuos o abiertos a penas superan los RD$2 mil millones, aunque creciendo de manera exponencial en el último año.

Cientos de miles de dominicanos tienen inversiones en certificados financieros de la banca. Millones de dominicanos manejan algunos excedentes de liquidez, pero menos de tres mil han logrado invertido a través de una AFI.