Jérôme Maximilien Borgella: el gobernador de despiadada eficacia

Borgella, representante del poder haitiano en Santo Domingo, manejó con destreza la administración pública de la franja española, donde hizo sentir el peso de su jerarquía. (RAMÓN L. SANDOVAL)

Jérôme Maximilien Borgella fue el primer hombre fuerte de la dominación haitiana asentado de manera permanente en el Santo Domingo español.

Se le atribuye haber manejado con despiadada eficacia la administración pública en los tiempos de la dominación haitiana.

De acuerdo con el historiador José Gabriel García, el hombre era un “fiel intérprete de las miras siniestras de Boyer”, y su política se encaminó a haitianizar la parte española.

Borgella fue general y comandante del Departamento de Santo Domingo, con todo el poderío que le concediera la confianza que le tenía Jean Pierre Boyer para que lo representara en el territorio ocupado.

Nacido en Puerto Príncipe el 5 de junio de 1773 y fenecido allí el 30 de marzo de 1844, el militar se unió a las tropas francesas de Napoleón Bonaparte en 1789 y se reincorporó a los insurrectos.

El 21 de septiembre de 1811 sucedió a André Rigaud como presidente del consejo departamental del Sur haitiano, y luego se sometió a la autoridad de Alexandre Pétion el 20 de marzo de 1812.

El presidente Boyer le hizo a Borgella importantes encargos y este le fue fiel hasta su muerte. El gobernador hacía vida social en Santo Domingo y fue de los fundadores de la Logia Constante Unión número 8, creada en 1822.

En la Ciudad Colonial se puede admirar el Palacio de Borgella, desde donde el general ejerció el mando haitiano. Erigido en la calle Isabel La Católica, frente a la Catedral, el inmueble del siglo XVI tiene dos plantas de altura y resalta por su galería de arcos.