Ácido hialurónico, ¿una pócima de la juventud?

El nombre “raro” del ácido hialurónico no ha logrado que nadie le coja miedo; la mayoría lo asocia con la juventud, por lo tanto es bien recibido, porque ella es bonita y nadie la quiere soltar. Como suele suceder en la belleza, una vez que se lanza un tratamiento que promete efectividad llueven productos e informaciones que nivelan la balanza entre la realidad y la falsedad, al punto de confundir a montones.

“El ácido hialurónico es una sustancia que se encuentra de forma natural en numerosos tejidos y órganos del cuerpo humano: epidermis, tejido conectivo, cartílagos, líquido sinovial, ojos, etc. Una de sus propiedades más importantes es la capacidad para atraer y retener el agua, lo que hace que esos tejidos se mantengan en buenas condiciones”, explica el portal Sanita.es; al tiempo de resaltar algo que todos nos podemos imaginar, que con el pasar de los años su presencia en el cuerpo va disminuyendo progresivamente; y que al llegar a los 50 solo queda la mitad de lo que normalmente se producía.

Es cuando entra la “magia” de los tratamientos que contienen esta sustancia de manera sintetizada y de la que la doctora Erika Barroso, Especialista Medicina Este´tica y Anti-Aging, ha revelado en su cuenta de Instagram (@activatubelleza) algunos mitos y verdades que deberías saber antes de optar por él.

¿Qué es verdad?

Efectivo en crema. Una de las grandes mentiras que se están comercializando. Aunque aporta hidratación a la piel, mediante la dermis el ácido hialurónico no es efectivo para reducir arrugas. Para ello es necesario hacerlo mediante inyección.

Produce manchas si le da el sol. ¡Falso!, Si así fuera, al tener todos ácido hialurónico de forma natural en nuestra piel, tendríamos ya las citadas manchas.

No es compatible con el embarazo: Es perfectamente compatible con la preñez realizarse inyecciones de ácido hialurónico. Este estado es una sustancia excelente para reducir los estragos que causa en la piel el cambio de peso tan brusco.

Deforma los labios. Muchas veces se atribuyen los labios deformes a las inyecciones de ácido hialurónico, cuando no es así. Porque esta sustancia es moldeable y se absorbe de forma natural.