Resolviendo con lo que hay

¿Es “resolviendo con lo que hay” una frase conocida para usted? Para muchos lo es. Nuestra situación actual nos afecta en todos los aspectos y la rutina de alimentación no escapa de un cambio, transitorio, en el que podrían estar ocurriendo algunos escenarios:

1. Una gran escasez de alimentos por bajos ingresos.

2. Un aumento en el consumo de alimentos procesados y altos en calorías por el tiempo libre y ansiedad.

3. Mejora en el patrón nutricional por limitar el consumo de alimentos fuera de casa y concientización de la importancia de un peso saludable en la prevención de enfermedades.

Nos gustaría pensar que todos nos encontramos en el tercer punto y que estamos en un momento idóneo de control de nuestra ingesta de alimentos, pero la realidad es, que el punto que probablemente más predomina es el primero.

En ese sentido, quisiéramos dedicar estas líneas para recomendar algunos puntos a considerar cuando existe escasez y poca variedad en los alimentos:

1. Asegúrese de cubrir diariamente el aporte proteico mínimo. Esto significa, incluir proteínas en al menos una o dos comidas al día, de manera que no se obvie un macronutriente con tanto impacto para nuestra salud. Su deficiencia produce atrofia muscular, lo cual coloca su organismo en un estado vulnerable para cualquier tipo de enfermedad. Ejemplos de proteínas son los huevos, queso, yogurt, jamones, carnes de pollo, cerdo, res, pescados y leguminosas. Para ejemplificar una dieta sin proteínas, una pasta con tomate, arroz con berenjenas, pan con café y plátanos con aceite, son algunas combinaciones que debe mejorar, de acuerdo con sus posibilidades, incluyendo alguna de las fuentes de proteínas antes mencionadas.

2. Lo ideal es la calidad, no la cantidad. Las verduras, frutas, hortalizas y tubérculos son ricos en nutrientes, por lo que inclinarse por estos alimentos de bajo costo, nos asegura cubrir los requerimientos para el adecuado funcionamiento de nuestro organismo, a diferencia del consumo de alimentos procesados.

3. No desperdicie nada. Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), podríamos estar acercándonos a “una pandemia de hambre”, por lo que es momento de acercarnos a la realidad que están viviendo otras personas y ser solidarios.

Para finales del año 2019, se reportaron 135 millones de personas con hambre extrema, lo que luego de esta pandemia se ha estimado podría triplicarse. Evitar las compras masivas y el desabastecimiento en supermercados y centros de compra también forma parte del apoyo en estas circunstancias tan difíciles.

Dra. Erika Pérez-Lara Doctora en Medicina. Especialidad en Nutriología Clínica en INTEC. Master en Nutrición y Alimentación en Universidad de Barcelona (UB).