“Más que ayer, pero menos que mañana”

Esta es la respuesta a la pregunta: ¿Cuánto me quieres? En una relación esta frase es muy escuchada con relación al amor. ¿Podemos verla desde el punto de vista monetario?

“Vivir mejor se logra con un presente con calidad y un futuro bajo nuestro control” (Shutterstock)

El dogma de amar más que ayer y menos que mañana es muy productivo para las relaciones. Conocer más a la persona nos lleva a aceptar más lo que no es de nuestro total agrado. También podemos apreciar más lo que resulta de nuestra preferencia.

En lo monetario puede engañarnos la frase. Por lo que llamo a que entendamos bien el sentido de más. Empecemos por el lado que se puede medir con números:

• ¿Cuánto teníamos ayer? Para saber si hoy tenemos más debemos haber medido lo anterior. En ocasiones no lo hacemos y será difícil, e innecesario, ponernos a calcularlo.
• ¿Cuánto tenemos hoy? Esto si lo podemos, y debemos, tener por escrito. Tanto para conocer nuestra realidad, como para poder medir nuestro progreso en futuros hoy.
• ¿Cuánto queremos llegar a tener mañana? Contar con una visión nos puede llevar a dar pasos para lograrla.

En el mundo en que vivimos nos medimos por pertenencias. No creo que eso es lo que nos debe mover. Cuando hablo de tener más que ayer y mañana tener más que hoy, lo que busco es que construyamos un mejor futuro.

Pero vamos a ver: tener más no es estar mejor. El simple hecho de que nuestra cuenta muestre más cada día no se refleja en nuestra calidad de vida. Por lo que quiero que defina lo que quiere lograr.

Existe otra cuenta que no debemos dejar de lado. El dinero logrado debe convertirse en calidad de vida. Algunas compras lo logran, aunque no en cualquier momento funciona.

Hacer viajes nos reduce la cuenta monetaria, pero nos aumenta la de experiencias vividas. Hemos elevado nuestra calidad de vida. Lo que no debemos es comprometer el futuro cuando decidamos hacer el viaje. Un préstamo que nos martirice cada vez que tengamos que pagar la cuota no es lo que llamaría tener más. Mucho menos ha aumentado nuestra calidad de vida.

No se puede calcular en números esto de tener más que ayer y mañana aún más. Sacarle el provecho a cada centavo, construir nuestro futuro y sentir control sobre nuestras finanzas es lo que llamaría un buen equilibrio, que es lo que enseño en mi libro “Arco Iris Financiero”.

• Parte del dinero recibido debe ir a construir nuestro futuro. Ahorro sin objetivo definido que se podrá convertir en inversión, en una casa, o cualquier otro objeto que nos lleve a evitar gastos o a tener ingresos futuros sin tener que trabajar.
• Otra porción a vivir el presente. Gastos obligatorios y los gustos medidos del momento. Nuestros ingresos tienen que suplirnos una buena vida (adecuada a nuestra realidad).
• Un segmento debe aumentar nuestra calidad de vida. Ya sea de manera instantánea o guardado para el futuro cercano. Acomodarnos cada vez más es parte de lo que debemos perseguir.

Lo más importante es tener un plan de lo que en realidad queremos. Mayor calidad de vida se logra día a día. A menudo no es en la dimensión que pudiera ser, por falta de conocimientos financieros. Si definimos lo que queremos y damos los pasos adecuados, estaremos teniendo más cada día.

Conferencista, consultor, coach y escritor con 20 libros publicados. Dirigió por 10 años una de las empresas del Grupo Siemens en Argentina, Brasil y Alemania.