Quien no entiende las ventajas de la vejez no le gusta esa palabra

El año pasado recibí algunas críticas de amigos por el título a una conferencia. Tenía que ver con personas que pasan el meridiano

“Más importante que la edad que se nos cuente o se nos vea es tener sueños y esperanzas” (Shutterstock)

Tener más años que la mayoría es solo pasarle al promedio. Estoy seguro de que ya no tengo condiciones que antes tuve, en parte por falta de ejercitarme y sin lugar a dudas porque la edad hace cambios en mí.

Ser más viejo conlleva también ganancias... siempre que hagamos algunas tareas en la vida. Podemos ser más sabios, por ejemplo. No es obligatorio, algunos lo logran con el aprendizaje obtenido por el andar en la vida. Otros llegan a un punto de sabiduría que repelen todo lo que pueda hacerlos modificar lo que ya consideran como más correcto, efectivo, eficiente, verdadero, etc.

Para aprovechar los años debemos aprender de ellos, no solo verlos pasar por nosotros. A continuación, algunas consideraciones que pueden hacernos entender que no es malo ser: viejo, abuelo, anciano, envejeciente... o como quieran llamarnos.

• Soledad. Cuando sabemos caminar por los años la soledad no existe porque aprendemos a estar con nuestro más fiel compañero, yo le llamo “Migomismo”.
• Altitud. Avanzar en los años es como subir una montaña. Tenemos menos fuerzas, pero una mejor visión, más libre y amplia. Obtenemos otros puntos de vista.

• Ya pasamos por ahí... por la juventud, por donde los que nos llaman viejos están. Por eso sabemos cómo pensábamos y qué hacíamos.
Conocemos nuestras limitantes... por eso podemos elegir qué hacer y cómo hacerlo. Algunos pueden hacer que otros hagan por ellos. Si soy viejo para hacer algo sé que debo acelerar.
Conocemos la esperanza. Muchos deseos y sin tiempo para perder hace que nuestras metas se cumplan más rápido.
• Arrugas. Solo debemos permitirlas por fuera, porque si las dejamos llegar dentro envejecemos de verdad.
• El único secreto... Para vivir más tiempo es envejecer. Por lo que todos debemos querer ser más viejos... algún día.
• No tenemos límite. Nunca se está condenado a no vivir un año más. Como ningún joven tiene seguro vivir un día más.
• Conocemos las excepciones... mientras que los jóvenes se dedican a conocer las reglas.
• Hacemos las cosas diferente. La gran mayoría no las podemos hacer como las hacen los jóvenes, sino mejor.
• Somos ingenieros. Nos las ingeniamos para construir el lugar donde estamos, la vida que tenemos, la realidad que vivimos. Cuando joven se planifica, cuando anciano se vive en lo erigido.

La mayoría de los que me conocen dirán que no soy viejo; solo porque tienen mi edad o más que yo. Quizá el protagonista de mis libros novelados, Ramón, me hizo un anciano. La realidad es que un día un amigo me dijo que había descubierto lo que era un viejo: “Es una persona que te lleva más de 10 años”. Todo es relativo en la vida, los muchachos seguirán siendo los que fueron muchachos con uno.

Las palabras. viejo, anciano, abuelo, etc., no son malas si no las tomamos como malas en sí. Creo que tiene su ventaja haber sido joven. Tener más edad tiene las suyas. Lo que en realidad pienso es que no podemos cambiar el número de años vividos; y una palabra u otra no cambiará mi realidad ni mi estado de ánimo... soy quien soy y actúo como actúo... que me digan como quieran, seguiré siendo el mismo.

Conferencista, consultor, coach y escritor con 20 libros publicados. Dirigió por 10 años una de las empresas del Grupo Siemens en Argentina, Brasil y Alemania.