El omnipresente y versátil Tomate
SANTO DOMINGO. Siempre me han gustado los tomates, aunque nunca he podido racionalizarlo.
Es uno de esos alimentos que se vuelven imprescindibles y medio omnipresentes. ¿Imagina una pizza sin tomate? Hasta la ensalada más “trendry” no puede resistirse a su presencia, aunque lo prefiere versión enana, coqueta, sin semillas y de colores neón...
El tomate es de origen americano y es oficialmente una planta rastrera que crecía silvestre en los Andes. El tomate primitivo era mucho más pequeño que el que conocemos hoy día, y lo más probable es que, en aquel entonces, se consumiera como fruta y en temporada. No se sabe cómo llegó hasta México, pero ahí es donde fue domesticado y cultivado por primera vez. Los aztecas lo llamaban “xitomatl” o “ tomatl”, que quiere decir “ el gordo” y es desde entonces uno de los ingredientes indispensables de la culinaria mexicana y del mundo.
Cuando los conquistadores lo llevaron a Europa no tuvo tan buena acogida; al principio se pensó que era venenoso, y su planta sólo se cultivaba para ornato. Cuando se supo que no mataba... el resto es historia. El tomate aparece en platos de todos los calibres; dulces o salados, fríos o calientes, sólidos, líquidos o indeterminados; como ingrediente principal, o como parte de la salsa. Desde el ketchup hasta el Bloody Mary...
Árbol de Familia
El tomate pertenece a la familia de las solanáceas, la cual comprende unas 2,300 especies. La planta del tomate es una enredadera rastrera y el tomate que consumimos es la fruta de dicha planta.
Su sabor decanta entre dulce y ligeramente ácido. Combina perfectamente con hierbas como albahaca, cilantro, perejil, tomillo y orégano. Hace equipo con el ajo y la cebolla y junta a la perfección dos viejos enemigos: vinagre y aceite de oliva. Es novio de la mozarella desde hace años, pero corteja al parmesano y le da lo mismo salir con carnes que con mariscos y pescados.
Cuando vaya a comprar tomates:
Escoja tomates de consistencia firme, con la piel lisa y suave al tacto, sin partes blandas ni manchas. Cómprelos maduros si los va a consumir inmediatamente o ligeramente verdes si piensa usarlos más tarde.
Consérvelos a temperatura ambiente: el sabor es mejor si nunca van a la nevera. En el refrigerador se conservan enteros entre seis y ocho días. Triturados o en puré, no más de dos días. Nunca congele tomates crudos, aunque una vez hechos salsa, pueden congelarse sin problemas.
Para pelar un tomate: Sumérjalo un minuto en agua caliente, lo que ayuda a desprender fácilmente la piel. Muchas recetas requieren usar el tomate sin semilla; córtelos por la mitad o en cuartos y retírelas con una cuchara.
Recuerde que: Para preparar salsas, es mejor cortar el tomate en cubos pequeños y que la cocción a fuego vivo hace que la salsa de tomate indigeste. Si añade una pizca de azúcar, reduce el nivel de acidez.
Para su salud:
El tomate tiene poco valor energético: dos unidades medianas aportan unas 22 calorías. 95% de su peso es agua y cerca del 4% son carbohidratos. Es fuente importante de potasio y magnesio. De su contenido en vitaminas se destacan la B1, B2, B5, vitamina C y carotenoides, que aportan gran valor antioxidante.
himilcetejada@live.com
Gobierno entrega a universidades un millón de dólares para investigaciones contra el sargazo
Trump confirma que "no hay sobrevivientes" de accidente aéreo en Washington
El accidente aéreo en Washington, el peor de la aviación estadounidense desde 2009
Un vuelo de Air Florida en 1982, el otro avión que se precipitó sobre el río Potomac