¡12 meses solo para mí!

La sensación de dar palos a ciegas a la piñata de la vida es frustrante. No sabes hacia dónde vas y, lo que es peor, no identificas en qué pie estás parado. Continuar así no está bien. ¿Te atreverías a tomar un año sabático?

En República Dominicana son muy pocas las empresas que respaldan esta decisión o la conceden con disfrute salarial; es un paso muy importante en el que el dinero deberá estar en las primeras posiciones a la hora de decidir y programar esta necesidad que va por los senderos de tu bienestar.

El protocolo depende más de decisión y disciplina que de otra cosa, como todo en este mundo. Es vital tener claro que se trata de un periodo en el que la persona se dedica completamente a intereses personales, dejando a un lado sus responsabilidades laborales y/o académicas, con el fin de conocerse de verdad, al salir de su zona de confort, para enfrentarse a situaciones inesperadas y culturas diferentes, explica la Life Coach Rosa Mejía de Jiménez.

“Se generarán cambios drásticos en las ideas, creencias, forma de vida y conceptos. Será el inicio de una etapa de profunda transformación personal, un espacio para tomar decisiones y soltar apegos. Una gran oportunidad para hacer lo que se considere verdaderamente importante, donde se consigue la definición de valores y principios”.

La especialista pone de ejemplo la prestigiosa Universidad de Harvard, que anima a los estudiantes admitidos a aplazar la inscripción de su carrera por un “Gap Year”, ya que desde “The American Gap Association” se afirma que los estudiantes que se toman un año sabático no solo demuestran mejores resultados en sus expedientes académicos, sino que el 75% se declaran más felices con su vida y afrontan su futuro post-universitario con más optimismo.

En algún momento de la vida todos necesitamos esa pausa para arrancar con mayor fuerza y Mejía de Jiménez puntualiza que, esencialmente, si sientes que tu vida ha perdido la meta, el sentido o la pasión esta es una buena opción.

Plan financiero de tu año sabático

1 Asegúrate de contar con la suficiente liquidez para poderte manejar durante el tiempo que estarás sin generar ingresos.

2 La liquidez debe provenir
de tus propios ahorros y no de financiamiento o préstamo.

3 Organízate y simplifícate lo más posible: automatiza los pagos y transferencias de ese período.

4 Si decides viajar procura una adecuada cobertura para gastos médicos y cualquier riesgo incidental (como accidentes) que puedas enfrentar. Algunas tarjetas de crédito enfocadas en brindar servicios para viajeros te pueden ser de mucha utilidad.

5 Apóyate en alguien de extrema confianza que pueda asistirte con la logística de tus compromisos financieros y administrativos, y tenga acceso a tus cuentas bancarias de ser necesario.

6 Notifica a tus entidades financieras si vas a estar viajando o trasladándote, para evitar cualquier operación sospechosa, intento de fraude y no pierdas acceso a tus cuentas o tarjetas.

7 Recuerda que casi todas las cuentas bancarias cobran una penalidad o comisión si no se registra alguna actividad durante seis meses. Evita esos cargos.

8 Diseña tu presupuesto de gasto para todo el año sabático y aplícalo con la suficiente disciplina para mantenerlo al pie de la letra lo más posible. Date algún margen o “colchón” para enfrentar algún imprevisto o sobrecosto no planificado.

9 Lo ideal es que puedas asumir tu año sabático libre de todo tipo de deudas. En caso de tener algunos compromisos crediticios, programa esos pagos para que se hagan de forma automática, aunque recuerda darle seguimiento a las condiciones (por ejemplo, la tasa de interés) en caso de que cambien.

10 Deja todo listo para que, cuando llegue el momento de volver a la vida profesional o laboral, puedas hacer la reinserción o transición de la manera menos traumática posible.