Ansiedad + estrés: una pareja peligrosa

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Las enfermedades mentales siguen siendo un tema tabú. Se habla de ellas a escondidas, como si se tratase de un pecado mortal. Es momento de enfrentarlas y llamarlas por sus nombres. Hablemos de ansiedad y estrés, un dúo que junto es peligroso.

Siglo XXI, una nueva era marcada –hasta el momento– por los avances de la tecnología y la ciencia, la revolución social de los millennials, las nuevas formas de divulgación de información (virales, fake news), el uso de las redes sociales como nuevos medios de comunicación y la reivindicación de ciertos derechos humanos.

Sin duda, un siglo de muchas novedades. Algunas buenas, otras no tanto. Las sociedades se mueven velozmente en espacios agitados, presa de la inmediatez y la volatilidad. En pocas palabras: las 24 horas de un día no son suficientes para estilos de vida pre-empacados, siempre retrasados, siempre urgentes.

Ha sido “esta vida loca” la que ha generado las que popularmente han sido llamadas “las enfermedades del siglo XXI”, entre ellas el estrés y la ansiedad. De las dos, algunos no consideran el estrés una enfermedad. La Organización Mundial de la Salud la define como: “el conjunto de reacciones fisiológicas que prepara al organismo para la acción”.

Para la psiquiatra-psicoterapeuta, Yasury Borromé de Casillas, esta definición guarda parecido con la ansiedad, y lo amplía para explicar su relación: “Tanto el estrés como la ansiedad son respuestas naturales del ser humano para responder ante situaciones. El estrés es un factor predisponente de la ansiedad; se puede decir que es la respuesta natural (ya sea estrés positivo o negativo) del organismo ante una demanda (o presión) que puede ser externa: trabajo, familia, dinero, etcétera; o interna: autoimpuesta, propia de la personalidad de cada quien y por tanto de los recursos que tiene para lidiar con las circunstancias o eventos estresantes. La ansiedad en cambio es una respuesta anticipada a una amenaza futura, muchas veces confundida con el miedo. El lazo que las une es básicamente que una puede precipitar a la otra”.

Borromé, especialista en intervención en crisis y traumas del Centro Vida y Familia, indica que para hablar de enfermedad “necesitamos principalmente criterios de disfuncionalidad asociados al síntoma, específicamente la ansiedad. El estrés puede ser un criterio (un factor) de ansiedad y no viceversa”.

¿Estrés crónico?

Si te sientes fatigado, te cuesta concentrarte y te irritas sin motivo aparente, debes estar desarrollando estrés crónico, según la Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés). Según la publicación londinense Medical News Today este es el tipo de estrés más dañino y ocurre “cuando una persona no ve una salida a las situaciones que le provocan estrés y deja de buscar soluciones”. En ocasiones, su origen es fruto de una experiencia traumática a temprana edad.

Quienes padecen de estrés crónico son propensos a caer en depresión, ser violentos, sufrir de infartos, accidentes cerebrovasculares e incluso llegar a cometer suicidio.

Cómo reducir los niveles de estrés

(según la Asociación Americana de Psicología)

1 Identifica cuál es el motivo de tu estrés. Haz una especie de monitoreo de tu día y anota cuando sientas que algo te estrese. Es más fácil enfrentar lo que se conoce.

2 Construye relaciones fuertes. Las relaciones pueden aliviar el estrés. Cuando estés pasando por un mal momento, cuéntaselo a tus familiares y amigos cercanos. Ellos pueden ofrecerte apoyo, o darte ideas y perspectivas frescas sobre lo que te está provocando estrés.

3 Cuando estés enojado, aléjate. Sí, contar hasta 10 funciona. La idea es que antes de reaccionar lo pienses. Una alternativa es que te concentres en otra actividad.

4 Muévete. El ejercicio libera endorfinas, que son las hormonas que se encargan de mejorar tu estado de ánimo. Sal a caminar, a correr... baila o haz cualquier otro deporte que te guste.

5 Dale descanso a tu mente. El estrés mantiene despierto al 40% de las personas, reportó un estudio de APA en 2012. Para dormir mejor, debes reducir el consumo de cafeína, no tengas distracciones previas a acostarte como ver televisión o el celular.

6 Busca ayuda. Si notas que los síntomas no mejoran, busca ayuda profesional.

Causas del estrés

[según la publicación inglesa Medical News Today]

1 Problemas en el trabajo o retiro.

2 Tener poco tiempo o dinero.

3 Problemas familiares.

4 Enfermedades.

5 Mudanzas.

6 Amistades, divorcios, matrimonios.

7 Abortos.

8 Pérdida de un ser querido.

9 Manejar en tráfico congestionado.

10 Miedo a sufrir un accidente o ser víctima de un crimen.

11 Embarazo o ser padre.

12 El ruido excesivo, la contaminación y la sobrepoblación.

13 La incertidumbre o la espera de algo importante.