Bajo un palmar en Casa de Campo

De cara a la Isla Saona, Bayahibe y el Mar Caribe, esta villa goza de una excelente ubicación.

Esta majestuosa lámpara (de 36 cubos geométricos) fue mandada a fabricar, bajo el diseño y la supervisión de su propietario y de la diseñadora de interiores Miguelina Zimmermann de Martínez, y pende de un techo con 7 metros de altura.

Diseñar la estructura de esta villa de Casa de Campo  

 

Para el ingeniero y propietario de esta villa, que aprovechó el terreno llano de la zona, a fin de erigir la infraestructura en un dos por tres: “Lo arduo son los detalles y la ambientación”, según afirma. Mientras el proceso de construcción solo duró un año y seis meses, el de decoración conllevó 45 días y estuvo a cargo de la diseñadora de interiores Miguelina Zimmermann de Martínez.

La amplia experiencia acumulada por esta profesional le permitió implementar un diseño “con una mezcla del estilo campestre y citadino; con un ambiente de nitidez, pero con rusticidad”.

 

 

Sin embargo, son el orgullo del anfitrión de esta propiedad: la piscina, que fue llevada hasta el fondo del patio, aprovechando al campo de golf como espacio visual ulterior; el jacuzzi, donde el agua cae en cascada hacia la piscina; y el asadero, que es ampliamente disfrutado junto a sus familiares y amigos. No obstante, son los tesoros más admirados por el dueño y diseñador de esta villa: las vistas de Bayahibe, de la Isla Saona y del Mar Caribe, en el horizonte; y con esto sí que no juega ni aun estando frente a un terreno de juego...

@olgaagustin