Casa Betel, arquitectura ‘divina’ en El Portillo

Lo moderno y lo rústico se conjugan en Casa Betel ( o Casa de Dios, según su traducción del hebreo).

En sus 700 metros cuadrados de infraestructura, Casa Betel muestra un entramado arquitectónico abierto al exterior; de hecho, se avista el mar desde casi todos los ángulos de los dos niveles, gracias a su diseño en U.

Criada entre los planos y escuadras de Alfa 2000 (empresa perteneciente a sus ascendientes), y dentro de una familia vinculada al sector de la construcción (su padre es ingeniero; una de sus hermanas, arquitecta; otra, diseñadora de interiores, y la tercera, economista-administradora, pero “con una vena artística”), María Isabel completó el proceso de construcción de esta residencia samanense en apenas seis meses.

 Casa Betel, metro a metro

Previo al umbral, la recepción al visitante está a cargo de una marquesina revestida en grama; mientras que unas lajas peatonales, flanqueadas por una remozada canoa y por una cuidada jardinería, conducen a las entrañas de Casa Betel y a su estanque central, donde las flores de loto flotan a su aire.

Para el diseño luminotécnico, a cargo de la diseñadora de interiores Rosadela Serulle (hermana de la anfitriona y propietaria de la tienda de iluminación Idaluce), se tomaron en cuenta los diferentes factores arquitectónicos a ser resaltados, como los marcos empedrados de las puertas, por ejemplo. “Abarcamos desde la iluminación general hasta la puntual, para enmarcar ciertos elementos y obras de arte en la noche”, explica Rosadela sobre su trabajo.

Como se percibe, los mil y un detalles de esta creación, junto a la belleza natural del entorno, se conjugaron para demostrar que aquí se puede apreciar la grandeza de Dios, como dice María Isabel Serulle y que, tanto el nombre de esta casa (Betel), como lo que esta encierra: “Da honor a quien honor merece”.