Chocolate dominicano, alimento funcional que conquista a los estadounidenses

Los efectos de algunas enfermedades crónicas pueden prevenirse con alimentos funcionales como el chocolate

La calidad del chocolate dominicano ha hecho que sea reconocido en el ámbito mundial. (Shutterstock)

El chocolate dominicano se ha posicionado en Estados Unidos como alimento funcional. De acuerdo con la Asociación Dietética Norteamericana (American Dietetic Association – Eat Right división), el conocimiento del rol que tienen los componentes alimenticios fisiológicamente activos, tanto fitoquímicos como zooquímicos, ha cambiado el rol de la dieta en la salud para el consumidor norteamericano.

Como responsable de innovación de la empresa estadounidense Innocent Chocolate Products LLC y First Foods Group Inc, el maestro chocolatero Moisés Davidovits trabaja a partir del cacao obtenido directamente de las plantaciones de República Dominicana y Venezuela, con aceites de alta calidad y procedentes de los Estados Unidos.

“Las principales enfermedades crónicas que afectan al ser humano y que causan la mayoría de muertes incluyen enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes. Los efectos de estas enfermedades pueden prevenirse con alimentos funcionales”.

El experto sostiene que el alimento funcional es todo aquel que, además de su calidad nutricional, nutrientes como vitaminas, minerales, carbohidratos, proteína y grasa, posee compuestos que, como en el caso de lo polifenoles en el cacao, actúan en la prevención de enfermedades y en la mejora de la salud.

“Los polifenoles del chocolate pueden ser un importante medio de reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer, por su capacidad de controlar reacciones claves implicadas en la oxidación de las LDL o de daños oxidativos al ADN”.

Davidovits, fundador de la empresa dominicana Chocolates Khao Caribe, explica que, en el caso del chocolate, este puede ser enriquecido con alimentos funcionales, como fibras (polidextrosa, insulina, goma guar), colágeno, aceite de coco, frutas como gojiberry o arándano, y otros como chía, almendras o proteínas.

Según el portal de estadísticas Statista, el mercado de alimentos fortificados y funcionales a nivel mundial llegó a US$378 mil millones en 2020.