Cómo ser auténticos en un mundo de copias

El problema de las máscaras es que son peligrosas. Las usamos por tanto tiempo que terminamos creyéndonos que somos eso que escenificamos.

La tradición del Carnaval de Venecia de 1296 inició con el fin de preservar el anonimato detrás de las máscaras, para que las personas de los niveles sociales bajos tuvieran la oportunidad, a través del anonimato, de mezclarse y permitir que todos fueran iguales.

Las máscaras, o lo que también se llama ‘el ego’, son las estrategias que todos (nadie pudo escapar en su infancia a esto) desarrollamos para protegernos del entorno (aquellas personas que no nos aceptaban tal como éramos) ocultando así al auténtico yo, protegiéndolo por un tiempo, y posteriormente anulándolo.

Queremos ser auténticos, incluso sin saber con qué se come eso. Lo convertimos en otra tendencia y, en vez de buscar hacia dentro (donde se encuentra oculto entre capas y capas de piel), nos hemos concentrado en alimentar la imagen que proyectamos, más fina, pero al final, una estrategia más del ego.

¿Qué es ser auténtico?

Significa ser fiel a ti mismo, a lo que crees, a lo que piensas, a lo que sientes. Es comportarte hacia fuera en armonía con lo que llevas dentro, a pesar de las presiones del exterior. No tratas de llenar las expectativas de los demás, sino las tuyas propias. Ya no temes ser tú, solo eres.

Cuando no eres auténtico, la única persona a la que engañas es a ti mismo, al confundir la máscara con la verdadera identidad o esencia.

Cómo ser más auténticos

La realidad es que no nos enseñaron en ningún lugar a ser nosotros mismos, al menos, claro, que hayas tomado alguna formación en crecimiento personal. Sin embargo, nunca es tarde gracias a los avances de los últimos 20 años en neurociencias:

1 Debes autoconocerte. Tienes que saber quién eres para entender tu historia y encontrar esa esencia auténtica oculta, protegida, única y especial. Conoce tu personalidad: esas estrategias del ego (cómo te enojas, cómo trabajas compulsivamente o muy pausadamente; cómo te aíslas o cómo eres el centro. También cómo criticas o cómo reaccionas cuando eres criticada, entre otras conductas) que forman tu personalidad. No nacemos con una personalidad definida, aprendemos a tener una y podemos desaprender las conductas de ésta que te limitan. Puedes superar esa idea que tienes de ti mismo. Dedica tiempo a autoobservarte. Es imposible actuar de acuerdo con tus intereses y valores si no los conoces.

2 Aprende a decir no. Ser auténtico implica darnos permiso para ser nosotros mismos, y ese ‘no’ es perfecto, por lo tanto puede que los demás te juzguen alguna vez, pero no estás aquí para llenar las expectativas de todo el mundo. Estas aquí para amar y ser feliz. Muchos adultos, por la forma en que funciona el cerebro, aprendieron desde niños a operar buscando la aprobación de otros y muchas veces, para hacerlo, dejando de ser considerados, amables, respetuosos consigo mismos. Pero, ¿nos hizo Dios para vivir una vida limitada? ¿Puede ser el amor hacia otros tan grande e importante que signifique anular la propia valía? ¡No! ¡Basta ya!

3 Confía en ti. Eres lo único que tienes. Confía en ti más que en nadie más.

4 Quiérete. Has aceptado que eres diferente, ahora tienes que aprender a querer “ese” que eres.

Ser auténtico es un desafío perpetuo que requiere inteligencia emocional y conlleva grandes recompensas; es un camino honrado que no te arrepentirás tomar.