COVID-19, ¿cómo ha cambiado la forma en que nos relacionamos y comunicamos?

La psicóloga Angelina Sosa asegura que la pandemia ha afectado significativamente a los dominicanos, dado que nuestra cultura tiene muchas expresiones vinculadas a la interacción social y a la cercanía con otros

Nos ha tocado adaptarnos a nuevas formas de comportamiento e interacción. (Shutterstock)

El coronavirus ha llegado para cambiar nuestras vidas más de lo que en un principio pensamos que lo haría. Al mirar atrás, antes de que nos afectara la pandemia, nos damos cuenta de que ahora apreciamos mucho más lo que tenemos, incluyendo la salud, que valoramos más la libertad y, sobre todo, que la forma en la que nos relacionamos ha cambiado y posiblemente no vuelva a ser la misma después de esto.

La psicóloga clínica y de la salud Angelina Sosa Lovera dice que, en el caso particular de los dominicanos, la situación de emergencia sanitaria que trajo como consecuencia un distanciamiento físico obligatorio ha impactado significativamente porque nuestra cultura tiene muchas expresiones vinculadas a la interacción social y a la cercanía con otras personas.

“Esta repercusión puede tener consecuencias negativas en la salud mental, generando situaciones de miedos, ansiedades, trastornos del sueño, de la alimentación y del comportamiento”, explica, diciendo que las relaciones con otros se ven afectadas porque nuestras emociones y pensamientos están alterados. “Vemos cómo las personas pueden verse más irritables o agresivas, mientras que otras podrán estar más nostálgicas o tristes al sentirse alejados de los demás”.

De acuerdo con la directora del Instituto de Salud Mental y Telepsicología, las mascarillas son una de las principales barreras con las que nos ha tocado lidiar en torno a las relaciones humanas y la comunicación. “Cuando hablamos nos comunicamos a través de lo que decimos con la boca y de lo que dice nuestra cara. Al no poder ver ese rostro tenemos la sensación de que nos falta algo en la comunicación”. A eso Sosa agrega que el desafío está en aprender a expresar oralmente y de manera clara nuestros pensamientos.

“Para algunos no habrá ninguna pena en volver a acercarse, pero en otros podría ser difícil, aún les costará más salir y reintegrarse a la vida social. Lo importante es que quienes no estén preparados aún se tomen su tiempo y lo hagan en el momento que consideren adecuado”, manifiesta.

En caso de que quede el miedo, ¿cómo lidiar con él? Sencillo: hay que hablar de ello. Y es que Sosa explica que cuando se experimenta el miedo, hablar de lo que sentimos y de la sensación que este nos provoca con alguien de confianza es una técnica que puede ayudarnos a superarlo. Otra estrategia, dice, es identificar espacios que nos hagan sentir seguros e implementar técnicas de respiración y relajación. En caso de que el tiempo pase y todavía cueste reincorporarse a la vida normal, no se debe dudar en buscar ayuda profesional.

Periodista de Revista. Me apasiona escribir sobre salud mental y relaciones de pareja. De no ser periodista, sería psicóloga con un blog.