El imperio de las copias

El tema de las copias es un mundo de discursos encontrados dentro del universo del diseño.

Fachada del Museum Plagiarius en Alemania, institución con objetivos similares a los del Museo de la Falsificación en París.

El tema de las copias es un mundo de discursos encontrados. Los límites entre las que son aceptables y las que no, parecen desvanecerse por momentos. Es inmensa la cantidad de factores culturales que inciden en sus valoraciones: una persona ve con ojeriza la reproducción exacta de un spot publicitario, mientras demanda perfección en la copia de un diseño tomado de un recorte de revista.

 

La ‘buena’ copia 

Diseñar no es un hacer disruptivo. Cada producto nace a partir de un referente previo al que se le incluyó cierto elemento de innovación. Ese ser creativo arropado por las musas en un éxtasis de inspiración es una figura anacrónica. La visión romántica de lo vanguardista y lo original ha quedado desplazada por la hipertextualidad y el acceso instantáneo a la sobreabundancia informativa, que nos permiten estar enterados de las propuestas de otros. Recientemente mostraban cómo existen aplicaciones para tabletas digitales en las que es posible ver las imágenes de interiores, informarse sobre sus componentes ambientales, enlazar con los sitios web de las compañías suplidoras, ver otros trabajos del mismo diseñador y en pocos minutos colocar órdenes de mercancías en carritos de compra.

Es falso esperar que el creativo se abstenga de nutrirse de la experiencia y del éxito de ciertos arquetipos a los que aun pueden integrárseles notables mejoras. Quizás Jasper Morrison y Naoto Fukasawa sean buenos ejemplos. Ellos han hecho de la copia su visión estética, tomando formas anteriores e imprimiéndoles contemporaneidad, en lugar de agonizar en pos de la originalidad y el individualismo.

A veces ocurre que estas buenas copias superan al original, integrando mayores grados de eficiencia a un costo final reducido.

El problema de la copia ocurre cuando la actitud del copiador es primitiva y desleal. La raíz misma El plagio no profundiza en sus consecuencias. En el contexto del diseño, las copias sin traducciones suelen producir proyectos con materiales desechables y usuarios inadaptados, obligados a habitar e interactuar con diseños que no satisfacen sus demandas, ni se corresponden con su realidad cultural.

¿Llegará un día en el que, de tanto copiarnos, caeremos en la total monotonía? Quizás la idea nos cause pavor, pero piensa que también hay cosas terriblemente repetitivas que pueden causarnos profundas satisfacciones. A veces es necesario persistir copiándonos a nosotros mismos con el fin de lograr ciertos objetivos. Nuestro inmaduro afán por la novedad, no siempre logra su propósito de ayudarnos a crecer y de hacer nuestra existencia menos aburrida. En el mundo natural y sus rituales cotidianos existen copias de distintos matices capaces de comunicarnos absoluta belleza.