Hipertermia, una reacción al calor que te podría matar

Al escuchar sobre los síntomas de la hipertermia, muchos podríamos llegar a creer que se trata del choque de calor, ya que a modo general son muy parecidos. Pero la verdad es que ambas guardan sus diferencias, la hipertermia es una enfermedad grave por llegar a tener efectos tan negativos como el daño de órganos o la muerte; mientras que el choque de calor es una reacción a la exposición prolongada a altas temperaturas o del esfuerzo físico en tales condiciones.

El choque de calor llega a ser parte de la hipertermia y es más frecuente durante el verano.

Los síntomas más comunes suelen ser fatiga, deshidratación, rubor, sed, aturdimiento ligero, desmayo, sofocos, náuseas y hasta vómitos.

¿Qué es lo que ocurre?

Atendiendo a la explicación del National Institutes of Health, ocurre cuando la temperatura corporal asciende a niveles superiores a los normales y el sistema que regula la temperatura del cuerpo no puede funcionar correctamente. "En este punto, el cuerpo no puede enfriarse solo, condición que puede llegar a ser mortal si no se trata. El estrés por calor, la fatiga por calor, los mareos repentinos, los calambres por calor y el agotamiento por calor son formas de hipertermia. El golpe de calor también es una forma de hipertermia y puede ser mortal".

Bájale la temperatura a tu cuerpo. Toma mucha agua, jugos diuréticos, comidas ligeras, ensaladas, no dudes en bañarte, cuantas veces sea necesario.

Usa ropa adecuada. Escoge piezas holgadas, preferiblemente de telas que absorban el sudor, mientras permiten que filtre el aire, como el algodón, el hilo y el lino, aunque estos dos últimos son temidos por estrujarse rápidamente. Que no se te olvide la parte íntima a la que, a pesar de no llegarle los rayos solares, se sobrecalienta al estar tan tapada. No uses ropa interior muy ajustada, ni de tela sintética para que evites una infección. Echa mano de los lentes de sol, así como de sombreros para cubrir la parte superior del cuerpo.

Buen uso de las ventanas. Cuando haya mucho sol cierra las que estén en dirección a él y con ellas, las cortinas para que el caliente no acceda tan directamente; abre las que no para que el aire fluya. En horas en las que ya no esté el sol ábrelas todas.

Evita la actividad a pleno sol. Si haces ejercicios que sea en horas frescas o menos calurosas; así como toda actividad considerada excesiva.