La equinoterapia y sus múltiples beneficios para la educación

El caballo es un animal lleno de fortaleza física que la utiliza para el bienestar de las personas, ya sea en los deportes o como una simple mascota. El poder que porta no le impide ser sociable y mostrar sensatez al percibir el peligro. Sus múltiples cualidades no son un descubrimiento de la actualidad, sino que se remontan a la Antigua Grecia, cuando el erudito en medicina, Hipócrates, inventó la hipoterapia, una técnica que formalmente llegó a República Dominicana en 2013, bajo el nombre de equinoterapia, para dar respuestas a las necesidades de pacientes diagnosticados con parálisis cerebral, autismo, Síndrome de Down, Asperger, Déficit de Atención, Hiperactividad y ansiedad generalizada.

La razón de su éxito terapéutico en las personas se debe a que impacta de forma positiva en el cuerpo, el sistema nervioso, el área cognitiva y emocional de la persona, que es precisamente lo que la convierte en una herramienta perfecta para potenciar el aprendizaje.

Unos de los problemas que enfrentan padres y maestros durante la temporada escolar es la dificultad de atención por parte de los estudiantes. La solución podría estar en este método de rehabilitación que según Emilia Díaz, psicóloga clínica y especialista en equinoterapia, facilita el aprendizaje de seguir instrucciones y ejercitar la comprensión de una manera más fácil y divertida.

Sin embargo no es lo único ya que también permite desarrollar la habilidad de captar y recordar, ambas tan necesarias en la educación, dice Díaz, quien ha diseñado un programa que incluye a todo tipo de población infantil.

A continuación algunos beneficios generales de la equinoterapia que pueden ser aprovechados como método para una educación efectiva:

Desarrollar la autoestima. En muchas ocasiones la timidez infantil hace que los estudiantes se cohíban, convirtiéndose en una barrera para el aprendizaje. La equinoterapia ayuda a las personas a sentirse bien consigo mismas y esto se traduce en un mejor desempeño en todos los aspectos de la vida.

Crear confianza. La seguridad es un sentimiento que debe fomentarse desde el vientre de la madre, con la finalidad de contar con ciudadanos capaces de expresar y dar lo que son, a través de esta técnica la relación animal-persona crea un vínculo con el que el pequeño se sentirá más confiado.

Mejorar estrategias para la comunicación. Al ser el caballo un animal muy sensible a la conducta humana, la interacción permite la gestión de emociones que se abren a la expresión libre.

Libertad social. No es solo en el lenguaje, sino en las acciones; a pesar de que estamos llamados al distanciamiento por la crisis sanitaria del COVID-19, vivir en sociedad es una necesidad humana que podemos ejercitar desde los canales virtuales o físicamente a distancia. Ese respeto y sociabilidad se verán reflejados en los estudiantes infantiles y estará a su favor para trabajar en equipo.

Manejar la agresión. Un estudio realizado por la Universidad de Granada demostró una disminución de un 84% de conductas agresivas en estudiantes en edades entre los 12 y 15 años, luego de someterse a una planificación dirigida con caballos, con la que se evidenció que estos repercuten directamente en la conducta, facilitando la integración en el contexto educativo.

Crear el valor de la responsabilidad. A través de ella se puede desarrollar el poder de decidir, estableciendo prioridades y haciendo un equilibrio de las cosas.

Estimular concentración y la memoria. Principalmente en pacientes con autismo se han visto grandes logros respecto a estas dos herramientas para una educación efectiva, de manera que en estudiantes sin el mencionado síndrome también se puede aplicar la equinoterapia como método de estímulo.