Lilli RD, la identidad dominicana con sabor a bizcocho

Lilli Fujii exalta las costumbres locales a través de la pastelería armada con nuevas y sorprendentes técnicas

Lilli Fujii es una fiel creyente del talento dominicano; de que somos particulares y encantadores en lo que hacemos porque le aplicamos un carisma sin igual ... “República Dominicana es un país del que nos tenemos que sentir orgullosos” y es la razón por la que su pasión por la pastelería se inspira en lo local para satisfacer las solicitudes que le llegan”.

La historia de esta artista del bizcocho dominicano es digna de admirar. A ella le ocurrió lo que a muchos durante la pandemia: sus objetivos se transformaron, pero en el caso de Lilli no se puede quejar, la reinvención le ha ido muy bien gracias a la calidad y diseños excepcionales con que trabaja sus bizcochos, que pueden recrear desde un salami, un mangú, un chimi, un mofongo, sancocho, habichuelas con dulce o cualquier representación cotidiana que nos caracterice. No hace falta buscar en un catálogo de ideas como Pinterest, solo poner atención a lo que se hace aquí, para redefinirlo y presentarlo con orgullo.

Entre sus trabajos más solicitados menciona las cervezas, en el caso de las mujeres, y los destilados para los hombres. Cada recreación es una obra de arte que se come y que puede tomar a Lilli desde tres horas hasta dos días para hacerlas realidad, ya que “hay clientes que se ponen tan creativos que piden de todo, como la cama de Lady Gaga o un artículo que vuele en el aire, por solo mencionar algunas de las peticiones que nos llegan”, dice esta hija de japonés y dominicana. Eso sí, Lilli RD cuenta con un catálogo base que se publica en la cuenta de Instagram, pero es adaptable a las solicitudes de los clientes.

“El mejor bizcocho es el dominicano”

Estudió arquitectura, una carrera que no ejerció porque su prioridad son sus hijos y desistió de ella. En su lugar comenzó a hacer postres como tres leches y bizcochos desde el hogar. Hizo una pausa y se empleó cuando los pequeños ya estaban más grandes; sin embargo, se dio cuenta de que a su vida le hacía falta esa creatividad que encontraba en la cocina. “Pero no lo quería hacer de forma empírica, prefería formarme porque creo mucho en la educación, de manera que destiné tres años a estudiar luego del horario laboral, fue un sacrificio, pero valió la pena”.

“El negocio arrancó un mes antes de llegar el COVID-19 y nos tuvimos que adaptar a la vida de la pandemia” Lilli Fujii,propietaria de Lilli RD Repostería y Bollería

Al darle vueltas a posibles ideas de negocio, solo de una cosa estaba segura, de no querer hacer más de lo mismo, deseaba algo sencillo, “algo dominicano, bien hecho y bien presentado; bueno y bonito”. Su primer creación fue un bizcocho con forma de una sartén con huevo y así, poco a poco fue encontrando la identidad de la visión que tenía hasta llegar a lo que vemos en la actualidad.

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