Qué puedes hacer si heredas la vajilla de la abuela

Comprar un juego de vajilla ya no es el acontecimiento que era en el pasado

La gente joven tiende a mudarse más que antes y no puede acumular muchas pertenencias. (Shutterstock)

Hace algunos meses limpié la casa donde mi abuela vivió 60 años.

Había algo en todos los recovecos: papeles, tazas, fotos viejas, chucherías, muebles. También había dos juegos completos de vajillas de porcelana de Johan Haviland.

¿Qué se hace con todos esos platos finos?

Había muchas razones para no quedarse con la vajilla de la abuela. Mi familia es informal, nada convencional. Vivimos en una casa pequeña en las afueras de Boston y nos hemos mudado cuatro veces en la última década. Y lo que es más importante todavía, soy más bien minimalista. No me gusta tener cosas innecesarias.

Resultó que muchos treintañeros como yo enfrentan el mismo dilema.

“La vajilla de varias generaciones en una casa (o, más específicamente, en el sótano)... Parece ser algo bastante común”, expresó Adam Minter, quien escribió el libro “Secondhand: Travels in the New Global Garage Sale” (Bloomsbury Publishing, 2019).

¿Qué hacer si se hereda la vajilla de la abuela?

Los dos organizadores con los que hablé dijeron que lo que haga con la vajilla de la abuela dependerá de mis prioridades y de mi escala de valores. Por ejemplo, ¿es importante para mí conservar al juego entero? No, no lo es. ¿Me gustaría conservar al juego para alguno de mis hijos? No, no me interesa.

“Si lo vas a tener en el sótano juntando polvo, no estás honrando la memoria de tu abuela”, dijo Jones. “El tema entonces es cómo mantenerlo vivo”.

“Si conservo algo, tiene que ser en las mejores condiciones”, agregó MJ Rosenthal, otra organizadora personal de Newton, Massachusetts. Acotó que hay contenedores especiales para preservar la vajilla fina.

Pero no me interesaba gastar dinero con ese fin. Para mí lo importante era no llenarme de cosas que no necesito ni voy a usar. Aunque la idea de no saber qué pasaría con la vajilla me preocupó un poco.

Tanto Jones como Rosenthal recomiendan conservar unas pocas piezas y donar el resto.

“Cuando te desprendes de ella, no tienes más control, la liberas al universo”, dijo Jones. “Cumplió con su propósito, tuvo su momento y su significado”.

Siguiendo esos consejos sabios, separé 12 platos, una fuente y unos pocos bowls. Los usamos para la cena del día de Acción de Gracias. El resto del juego está empaquetado y será donado. Ojalá se lo lleve una familia que lo quiera tanto como nosotros. AP/Tracee Herbaugh

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