Un espacio “isleño-contemporáneo” en Las Terrenas

Este penthouse samanense fue capaz de integrar el océano y las montañas a su interiorismo

En el cuerpo sólido que representa la sala de este penthouse, en Balcones del Atlántico, los colores y las texturas se desprenden de la naturaleza.

En cuanto llegó a este apartamento, con los planes de redecorarlo

Metamorfosis A la hora de darle un nuevo giro a la decoración de este apartamento no sólo fue necesario analizar pormenorizadamente qué artículos e implementos se iban a reutilizar y cuáles se habrían de adquirir, sino que la opinión de los propietarios resultó ser un factor determinante para la toma de todas las decisiones.

“Ya nada es como antes…”

Del apartamento de playa original hoy solo existen algunos muebles y la funcionalidad con el que fue concebido y ambientado desde el principio. Por lo demás, todo cambió en su interior: el azul turquesa de sus paredes, vigas y columnas; los adornos en sentido general (los tapices, cojines, cortinas, visillos, cubrecamas, tramos flotantes de los baños, lámparas…).

Los acentos, tanto en verde lima a través de los cojines, como en azul laqueado sobre los espejos decapados a la antigua, imbrican a la sala con el paradisíaco exterior samanense. La preponderancia de las alfombras en sisal, la rafia en las paredes, las maderas con rusticidad y contemporaneidad, el rattán en el mobiliario y el mimbre en las lámparas, orienta claramente a esta vivienda hacia el uso de los materiales nobles y hacia la naturaleza.

Tanto las áreas de la sala y el balcón están salpicadas de azul (turquesa y aqua), verde lima y marrón, prodigándole a cada una la frescura y naturalidad propias del entorno. En el balcón, las butacas, las consolas en azul (envejecidas intencionalmente) y los cojines decorativos enarbolan esas tonalidades, pues las paredes en este mirador debían preservar la línea cromática del resto de balcones del proyecto.

Cuatro meses después de haber pisado aquel espacio por primera vez, Andrés Aybar se dio cuenta que había logrado su cometido: darle un giro de 360 grados a este apartamento emplazado en Las Terrenas, implementando “un estilo isleño-contemporáneo, como sinónimo de archipiélago, de criollismo y de Caribe”. Asimismo, para aquellas mismas fechas, la unidad familiar que hoy lo habita también descubrió que éste no sólo se convertiría en su segundo hogar, sino en un paraíso particular de cara al Atlántico…