Un jardín viviente

Aunque a simple vista parece que los esposos que habitan una de las 14 viviendas de Villas del Piantini son los únicos moradores del lugar, las apariencias engañan. A Luis Andrés Lebrón y Lizette Lizardo les acompañan, nada más y nada menos, que una treintena de peces koi y un perro. 

Cinco años atrás, cuando residían a siete pisos de tierra firme, anhelaban pasear a su mascota canina sin el obstáculo gravitacional y soñaban con criar a la especie koi, también conocida como "joyas vivientes", en su propio hogar.
“El jardín debe tener innumerables detalles a ser descubiertos, sólo así se disfruta de éste a plenitud”.
Luis y Lizette Lebrón, propietarios.

Las áreas sociales de esta residencia están estratégicamente ubicadas para integrarse al jardín acuático, alrededor del cual gira la vida de sus propietarios.

"Mi esposo y yo compramos ´el armazón´ de esta casa y nos encargamos de decorarla a nuestro estilo", comenta su dueña al rememorar el momento en que atravesaron el umbral.

La preferencia por lo étnico se evidencia en todos los rincones de la residencia, donde Lizette Lizardo impregnó su buen gusto. 

La infraestructura (de dos niveles) cuenta en el superior con tres habitaciones y dos baños. Abajo, la cocina, el comedor, la sala y la terraza están dispuestos escalonadamente frente al jardín como si fuese algo "fríamente calculado" para verle cobrar vida de día y de noche, dentro y fuera de la casa...