Un refugio tropical en Cap Cana

En la sala-comedor, así como en otros rincones de este apartamento, predominan el azul turquesa, el verde manzana y el coral; así como los elementos decorativos basados en estampados a rayas y flores.

Al momento de ejecutar este proyecto, Vanessa Vega estaba embarazada, pero esto no le impidió lograr -en 60 días- que la familia extranjera, propietaria de este apartamento de 180 metros cuadrados, obtuviera su refugio tropical anhelado.

Desde el principio, los propietarios le solicitaron a Vega un espacio totalmente diferente al frío país de donde provenían y en el que residen actualmente, pues en sus vacaciones deseaban sentir la calidez de esta zona costera de República Dominicana.

Así, esta profesional se puso de inmediato manos a la obra. Por eso, desde el vestíbulo se vislumbra un hermoso jardín interior (seco), con focos empotrados que iluminan este perímetro al anochecer; ella utilizó tonos neutros en el apartamento, así como azules turquesa, verde manzana y color coral.  Además implementó materiales naturales como la madera (roble), yute, mimbre y rattán (en accesorios y mobiliario), al igual que estampados a rayas y flores -que se complementan idealmente-.

Según la arquitecta Vega, cada elemento fue seleccionado para lograr un escenario único, elegante y confortable. Este es el caso de los artículos marinos alusivos a la zona, el mobiliario con tonos claros y las piezas con color, estilo y terminación.

La también diseñadora de interiores destaca que los techos de este apartamento son altos (aproximadamente de 7 metros) en las áreas de la sala y del comedor, por lo que se construyeron falsas vigas de madera para dar un punto de sofisticación que aumentase ópticamente el espacio y que prodigase suficiente claridad.