¿Cuál es la mejor edad para comprarle su primer celular a los hijos?

Mira estas recomendaciones y consejos

Puedes permitir que un niño menor a los 12 años juegue con el smartphone y lo utilice, pero no es la mejor edad para comprárselo aún. (Shutterstock)

Los smartphones son uno de los regalos cada vez más habituales a adolescentes e incluso niños, pero ¿cuál es la mejor edad para que los más pequeños tengan un teléfono celular? Lo cierto es que muchos padres y madres se hacen esta pregunta y aún así les cuesta dar con una respuesta correcta. Aquí te contaremos lo que dicen los expertos.

Un teléfono móvil no es un simple teléfono, sino que es una herramienta de acceso a un montón de otras plataformas. Tienen GPS, cámara de fotos, cámara de video,video juegos, acceso a la mensajería instantánea, redes sociales, compras online, Internet y mucho más.

Con un teléfono móvil, el niño, niña o adolescente puede tener acceso a información que quizás no es la adecuada para su edad. Por caso, muchas redes sociales tienen un mínimo de edad requerida en sus términos y condiciones para poder acceder a su uso. Para todo esto existen los controles parentales que los propios teléfonos inteligentes permiten configurar.

¿Cuáles son los principales efectos negativos de los teléfonos inteligentes en los menores? Se pierde el control del tiempo, se genera impulsividad y una creciente agresividad verbal, puede generar problemas de sobrepeso e incluso obesidad debido a la conducta sedentaria y hasta situaciones de aislamiento social y familiar.

Entonces, ¿cuál es la edad recomendada? Puedes permitir que un niño menor a los 12 años juegue con el smartphone y lo utilice, pero no es la mejor edad para comprárselo aún. Y tampoco indica que después de los 13 años sea la edad adecuada. Deberás atender diferentes cuestiones, como cierto desarrollo y construcción de la propia independencia.

¡No cedas al chantaje emocional! "Soy el único de mi clase sin móvil", no es un argumento válido. Según los expertos, esto indica que el niño busca encontrar su felicidad en base a la comparación con el resto y hay que desalentar estas tendencias que sólo conducen a la frustración constante.