Estos hábitos comunes a la hora de cocinar pueden dañar tu salud

Mira a qué debes prestarle atención y qué debes modificar

Los más comunes tienen que ver con la mala refrigeración de los alimentos, la cocción insuficiente de carnes y pollos y la preparación de las comidas. (Shutterstock)

Hay muchos errores comunes que todos cometemos en la cocina. Muchos de ellos tienen que ver únicamente con la atención a los detalles, pero si no los observamos y modificamos podemos causar diferentes daños a la salud. Principalmente están relacionados a la higiene personal, a la manera en la que se manipulan los alimentos, la limpieza de los utensilios, o los tiempos y temperaturas de cocción.

Los más comunes tienen que ver con la mala refrigeración de los alimentos, la cocción insuficiente de carnes y pollos, la preparación de las comidas con mucha antelación, la descongelación de alimentos a temperatura ambiente, la mezcla de carne cruda con carne cocida y la poca periodicidad para cambiar los trapos de cocina.

A la hora de pensar en el almacenamiento de los alimentos, siempre debes tener las pastas, el arroz, la harina o el azúcar en envases herméticos, en lugares frescos y secos. Los pescados deben estar envasados, cerrados o envueltos en papel para alimentos, lejos de otro tipo de alimentos de los que puedan absorber olores. Los lácteos deben estar juntos, en una única zona del refrigerador.

Sin embargo, hay errores aún más comunes que son tanto o más riesgosos. Aquí los listamos.

No lavarse bien las manos antes de cocinar es un error muy repetido. Esto puede traer graves problemas, trasladar microbios y bacterias a los alimentos y la generación de intoxicaciones.

Otro error muy común es lavar demasiado los huevos. Es que si los lavas demasiado, se elimina la barrera protectora de su cáscara y son más permeables al ingreso de bacterias.

Si calientas demasiado el aceite, se forman sustancias relacionadas a muchas enfermedades. De preferencia, siempre trata de elegir aceite de oliva virgen. Lo propio sucede al reutilizar demasiado el aceite.

No debes lavar demasiado el pollo. Apenas debes enjuagarlo y cocinarlo bien, para evitar la proliferación de bacterias, para que no se trasladen a tus manos, y para eliminarlas directamente con la cocción.