¿Qué pasó en una de las explosiones más grandes de la Vía Láctea?

De acuerdo a este descubrimiento, la actividad de generación de estrellas en el disco galáctico era muy alta hace al menos 8 mil millones de años

Hasta hace poco, los científicos creían que las estrellas de la Vía Láctea surgían a un ritmo relativamente constante; algunas estrellas morían y otras nacían. (Shutterstock)

Hasta hace poco, los científicos creían que las estrellas de la Vía Láctea seguían surgiendo a un ritmo relativamente constante; algunas estrellas morían y otras nacían. Eso parecía adecuarse otros factores asociados a su formación, como la emisión de diferentes tipos de rayos radiactivos. Sin embargo, un nuevo estudio publicado por Nature Astronomy, que forma parte del proyecto Galacticnucleus, sugiere lo contrario.

De acuerdo a este descubrimiento, la actividad de generación de estrellas en el disco galáctico (la parte del centro galáctico, el punto de rotación, con una de las mayores densidades de estrellas de toda la Vía Láctea) era muy alta hace al menos 8 mil millones de años (8Gyr). Luego de eso, se redujo notoriamente y entró en un largo período de quiesencia en el que prácticamente no nacieron nuevas estrellas. Así se mantuvo la situación hasta hace mil millones de años, cuando a causa de un acontecimiento incierto se originó casi el 5% de las que existen actualmente. Lo llamaron Evento 1Gyr, y sin duda fue “uno de los eventos más energéticos en la historia de la Vía Láctea.”

Cómo descubrieron el 1Gyr y cuán potente fue: una breve explicación

El reciente catálogo de estrellas que se realizó como parte de Galactinucleus permite analizar más de 700 mil a fin de conocer la estructura e historia del Centro Galáctico. Utilizando estos datos, se corrigieron otros previos y se creó la banda K de función luminosa (KLF). Dado que la función luminosa de una población estelar cambia con la edad de la misma, lograron interpretar a la KLF como “la superposición de funciones luminosas de eventos de formación estelar en diferentes tiempos”. Al asignarles períodos de tiempo correspondientes a dos modelos diversos, pueden ubicarse en la línea temporal momentos en los que existió una enorme actividad de gestación de estrellas y, a su vez, aquellos intervalos en los que dicha actividad era más bien baja. Los resultados parecen ser concluyentes: más del 80% de las estrellas actuales se originó en período antiquísimo (de 8Gyr a 13,5Gyr atrás), pero más o menos el 5% de las mismas surgieron hace 1Gyr.

Se calcula que el total de las estrellas generadas es equivalente a (4,2 ± 0,7) x 107 masas solares, es decir, alrededor de 420 millones de veces la masa del Sol. Si se tiene en cuenta que el proceso duró aproximadamente 100 millones de años, entonces es posible ver que se formaron a razón de entre 0,4 y 0,5 masas solares anuales. En general, la formación de estrellas en toda la galaxia es de 1 a 2 masas solares al año, de modo que lo ocurrido en el 1Gyr es un poco menor, con la diferencia de que no se dio en toda la Vía Láctea, sino en una porción menor al 1% de la misma, que representa el Centro Galáctico.

Una eventualidad de tal magnitud, según aclara la investigación, habrá terminado en una supernova de tipo II de una magnitud colosal.

Otras conclusiones y más misterios astronómicos

Los estudios sugieren que “el disco nuclear se formó muy tempranamente en la historia de la galaxia (...)”, aparentemente, antes de lo que se pensaba. Asimismo, esto implica que el intervalo en el que la actividad de formación estelar se redujo notoriamente se debe a alguna eventualidad relacionada con el transporte de gas, dado que el mismo es responsable de la formación de las estrellas. Para esto no hay una explicación oficial, pero se propusieron varias teorías como “el estancamiento del transporte de gas” y la “inexistencia de la barra”. Dicha barra hoy existe y es la que, se cree, redirige el gas hacia el centro, promoviendo así la formación de más estrellas. Luego se comenta la posibilidad de que “[la barra] ha sido disturbada recientemente, posiblemente por la Enana Elíptica de Sagitario o una perturbación similar”.

Por último, dado que la gran mayoría de las estrellas ya existía hace más de 8 mil millones de años, y, puesto que los agujeros negros se alimentan principalmente de ese gas que aparentemente escaseó durante miles de millones de años, Sagitarius A, el agujero negro supermasivo que se encuentra en el centro de la galaxia y sobre el que teóricamente se construye la misma, ya “había adquirido la mayor parte de su masa actual en los momentos tempranos de nuestra galaxia”.

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