Coco Chanel, ícono de un estilo que no pasa de moda

La diseñadora transformó el guardarropa femenino al dejar de idealizar el cuerpo de la mujer y apostar por que la prenda revelara la personalidad antes que las formas

Chanel creó sin cese durante siete décadas para ofrecer comodidad y libertad a la mujer, sin renunciar al lujo de la alta costura. (Getty Images)

La elegancia sin florituras, el color negro, la libertad de movimientos del cuerpo... Gabrielle ‘Coco’ Chanel imprimió a la moda un estilo que sigue vigente 50 años después de su muerte, a la vez que es recordada por una intensa vida amorosa y un oscuro papel durante la Segunda Guerra Mundial.

La diseñadora más influyente del siglo XX, tocada a menudo con un canotier y adepta a los collares de perlas, transformó el guardarropa femenino al dejar de idealizar el cuerpo de la mujer como la mayoría de sus colegas masculinos de la época, apostando por que la prenda revelara la personalidad antes que las formas.

"Un mundo llegaba a su fin, otro iba a nacer (...) Requería sencillez, comodidad, pureza. Yo ofrecía todo eso", resumía "Coco" Chanel (1883-1971) al evocar sus inicios en los albores del siglo XX.

Desde la camiseta marinera hasta el vestido negro, pasando por los trajes de tweed que siguen imperando en los desfiles de la firma, la diseñadora francesa creó sin cese durante siete décadas para ofrecer comodidad y libertad a la mujer, sin renunciar al lujo de la alta costura.

Lo único que necesita una mujer es "confianza, carácter", decía Chanel, que era la primera en lucir sus creaciones, una mezcla entre lo ordinario y lo 'chic', lo masculino y lo femenino.

Su propia manera de posar "revelaba hasta qué punto dominaba el estilo despreocupado típicamente masculino, como sus manos metidas hasta el fondo de los bolsillos", apunta Caroline Evans, historiadora de arte y profesora de la escuela de moda Central Saint Martins de Londres.

Pero esta diseñadora, huérfana y de orígenes modestos, también dio que hablar por una vida privada abundante en historias amorosas, muchas de ellas vividas en el hotel Ritz de París, donde residió durante décadas en una suite de 188 m2, hasta su muerte a los 87 años.

La que más le marcó fue la que mantuvo con el amor de su vida, el empresario inglés Boy Capel, fallecido en un accidente de auto. La que más sospechas levantó, la que estableció con un encargado de la embajada alemana en París, Hans Günther von Dincklage, sin duda un espía durante la Segunda Guerra Mundial.

Pero no fue hasta 2011 cuando fue acusada abiertamente de haber colaborado con el régimen nazi en el libro "Durmiendo con el enemigo, la guerra secreta de Coco Chanel", del periodista estadounidense Hal Vaughan.

Su obra, fruto de más de tres años de investigación, sostiene que Chanel fue reclutada desde 1940 como agente secreto del régimen nazi, con el sobrenombre de "Westminster". También la tilda de "anticomunista feroz" y de "antisemita confirmada".

"Vaughan aporta pruebas incuestionables de una implicación grave de Chanel con los alemanes", declaró entonces la escritora francesa y autora de una biografía de la diseñadora, Edmonde Charles-Roux, asegurando toda vez que nunca le escuchó un comentario antisemita.

El grupo Chanel desmintió también que la icónica diseñadora fuera antisemita, admitiendo no obstante que su papel durante la Segunda Guerra Mundial conserva "una parte de misterio".

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