Escaparatista de moda: una labor más allá de la vitrina

Javier Abreu comparte con Estilos un poco de su profesión

El primer contacto que tiene un cliente que lo seduce a entrar a una tienda y comprar una prenda de vestir es con la vitrina. Esa atracción se da gracias al papel que ejerce el escaparate en los negocios, un espacio situado en la fachada de los establecimientos comerciales destinado a exhibir tras una superficie transparente los productos o servicios que se ofrecen en el interior y constituye el primer reclamo de las ventas.

Detrás de estos atractivos y llamativos montajes están involucradas las manos creativas de un escaparatista. Tal es el caso de Javier Abreu, quien lleva nueve años en esta labor, que define como “el vendedor silencioso”.

Dentro de las funciones que realizan estos profesionales están crear el escenario basándose en los productos y la imagen que la marca quiere mostrar. Así como tener en cuenta que los escaparates deben cambiarse periódicamente según la campaña y la época en la que se esté.

Para Abreu, el escaparatista debe ser capaz, a través de su trabajo, de transmitir la personalidad del negocio al llamar la atención del cliente por encima de la de los competidores. Además de poseer la destreza de analizar y realizar proyectos de cualquier tipología de escaparates, al diseñar elementos decorativos para cualquier negocio y potenciar la comunicación visual del establecimiento.

"Son personas específicas las que trabajan en esta área, que tienen el potencial y la entrega para dedicarse un día completo dando detalles sin esa prisa de que me tengo que ir, y hacer lo mejor posible para sentirse satisfecho con el resultado y para atraer al cliente. Quien tiene el arte para realizar esta labor son personas creativas y que le gusta la moda, aunque no necesariamente la vista. Debe ser alguien que vea más allá, que no se encasille en que el escaparate me marcó esto y es lo que debo hacer. Tiene que apostar siempre a la innovación”, comparte.

Transmisión de la información. Con el escaparate se transmite una información que hará que el consumidor catalogue el establecimiento y refleje la atmósfera, el surtido, el precio, el nivel y el estilo de los productos que se ofrecen. No es recomendable exponer productos que se quieran liquidar, viejos o pasados de moda, ya que podría proyectarse una imagen equivocada de la tienda.

Persuasión del consumidor. El escaparate es un elemento vendedor, incluso fuera del horario comercial. Como elemento vendedor informa de los productos y motiva la compra. Los productos se deben mostrar haciéndolos deseables, a través de una presentación llamativa, con el contraste de color acertado y con un refuerzo luminoso apropiado. Se recomienda que en el escaparate figuren tanto el nombre del comercio como el logotipo, ya que refuerza la imagen del establecimiento y fomenta el recuerdo del mismo en la mente del cliente.

Originalidad. Un escaparate con un diseño original llama más la atención, provocando que las personas que pasen por delante del mismo lo recuerden e incluso lo comenten con otras personas.

Renovación. El escaparate busca impactar al público que pasa por delante el mayor número de veces, este objetivo se conseguirá en el momento que el máximo número de personas se paren a observarlo. Se debe calcular la media de impactos que se quieren realizar, y saber que una vez impactado un cliente potencial un número de veces, se pierde eficacia. En el momento que pierde la eficacia se debe renovar el escaparate.

Planificación. Al realizar la renovación hay que tener en cuenta el calendario festivo y los diferentes eventos. En este sentido se aprovechará el cambio de estación, fechas navideñas y Día de San Valentín. Asimismo, se debe cambiar el escaparate en relación a los diferentes eventos de la tienda, como aniversarios, promociones y rebajas.

Periodista de Diario Libre.

    Dania Acevedo es fotoperiodista de la República Dominicana.