Sácale provecho a las hierbas

(Foto: Shutterstock)

Son frescas, fragantes y muy verdes. Le cambian la cara a cualquier salsa en minutos y son la forma más económica de conseguir nutrientes importantes. Intenta hacer unas habichuelas sin “verduras” o imagínate una salsa de tomate italiana sin el toque de la albahaca. Es como si les faltara “espíritu”.

Así son las hierbas... son el alma de cualquier cocina creativa. ¿Cuántas de estas conoces?

Cilantro. Un ingrediente clave en las cocinas asiáticas y latinoamericanas. Esta hierba es de sabor pronunciado y muy particular. Córtalo pequeñito para agregar a salsas, ensaladas y guisos, o en manojos enteros cuando cocines unas fragantes habichuelas.

Albahaca. Utilizada ampliamente en la cocina mediterránea, la albahaca recuerda un poco a la pimienta y al anís en sabor y fragancia. Es familia de la menta y crece muy rápido. Sus hojas generalmente se cortan a mano, se usan crudas y se agregan en la última parte de la cocción. Sus hojas deben ser de un verde uniforme y no tener manchas oscuras u hoyos de ningún tipo.

Menta. Su sabor pronunciado agrega vida a algunos postres y bebidas frías. Con su fragancia suave y vibrante, sabor refrescante, la menta se utiliza para saborizar carnes, vegetales, infusiones y cócteles.

Cebollín. Sus hojas largas, delgadas y ligeramente ahuecadas, pertenecen al miembro más pequeño de la familia de las cebollas y los ajos. Es también el de sabor más delicado. Es una “decoración” socorrida de muchos platos, pero también aporta sabor a dips, ensaladas y los famosos domplines. Busca las de hojas muy verdes, que no presenten signos de envejecimiento o deshidratación.

Eneldo. Su sabor particular aporta muchísimo a ensaladas, sopas y salsas, así como en platos horneados. Hace una pareja espectacular con algunos pescados, en especial el salmón.

Orégano. A veces nos hemos preguntado qué haríamos sin el orégano... su aroma y sabor distintivo lo hacen imprescindible en salsas a base de tomate para platos de pasta, pero no debes dejar de probarlo en mariscos y pescados a la plancha o asados, con aves y ternera.

Limoncillo. Esta hierba es de uso amplio es las cocinas del sureste asiático. Su delicioso aroma, casi floral, se concentra en la parte inferior del tallo. Remueve las capas externas que estén secas o deterioradas. Si buscas un

sabor más pronunciado, golpea los tallos con el mango del cuchillo.

Hoja de Laurel. Es un ingrediente esencial en las cocinas hindú, francesa y mediterránea. Las hojas generalmente se venden secas, lo que disminuye un poco su sabor y su amargor natural. Se utilizan generalmente para potenciar los sabores en salsas, caldos, bases y sopas. Recuerda sacarlas antes de presentar el plato.

Romero. Esta hierba “multitasking” tiene el olor y la apariencia de hojas de pino, pero un sabor fuerte y característico. Muchas veces se empareja con el ajo y aporta un sabor mediterráneo a pescados a la parrilla, asados y vegetales.

Mejorana. Familia de la menta, para obtener su mejor sabor utiliza el puño. Así como lo oyes, aplástala ligeramente con tus dedos e incorpórala al final de la cocción de pescados, aves, huevos, platos a base de tomate, sopas, caldos, pastas y vegetales. Mejora el sabor de cualquier plato de carne, en especial la ternera.

Estragón. Esta hierba, de usos muy versátiles, es un miembro de la familia de los girasoles. Esencial en la cocina francesa, tiene un sabor suave y anisado. El calor intensifica su sabor, por lo que hay que saber usarlo para no pasarse. Se utiliza ampliamente con huevos, quesos o platos de tomate. Hace buen dúo con el pollo, pescado y muchos vegetales.

Tomillo. Un ingrediente común en las cocinas francesa y mediterránea, este miembro distinguido de la familia de la menta posee más de 100 variedades y está entre las hierbas más versátiles, agregando profundidad a cualquier plato de aves, pescado, vegetales, rellenos, sopas y salsas.