Joan Manuel Serrat celebra medio siglo de éxitos en el anfiteatro Nuryn Sanlley

El artista logró la complicidad del público de principio a fin

El artista interpretó sus éxitos (Cortesía de Laura Augustín)

SANTO DOMINGO. Tras los perfectos acordes del Grupo Batuta, la desenfadada interpretación de Bobby Delgado y las coreadas notas del Himno Nacional, el público del Anfiteatro Nuryn Sanlley se volcó anoche en aplausos no bien entraron en escena Joan Manuel Serrat y su quinteto.

A cielo abierto, ‘El trovador catalán’ arrancó a las 8:30 p.m. con “El carrusel del Furo”. Mientras que un enfático: “¡Buenas noches!”, dirigido a un aforo repleto, dio paso a su característico humor al referirse a la amplia espalda de uno de los guardianes que le custodiaban de “esta buena gente”. De igual modo, guaseó con todos los vendedores ambulantes que pasaron frente a la tarima, a quienes no dudó en solicitarles algunas de sus mercancías, tales como: una botellita de alcohol y otra de agua.

En jeans, con una camisa azul remangada hasta los codos y entre constantes sorbos de agua, bromeó: “¡Qué fresquito hace!” y se secó la frente para sobrellevar los 33 grados Celsius que no le impidieron interpretar con soltura: “De vez en cuando la vida”, “De cartón piedra”, “Mi niñez”, “Hoy por ti, mañana por mí”, “Pueblo blanco”, “Disculpe el señor”, “No hago otra cosa que pensar en ti” y “Esos locos bajitos”.

La legión de “serratistas” no tardó en pronunciarse: “¡Eres único!”, “¡Guapo!” y “¡Tengo 50 años amándote!” fueron algunas de las consignas, a las que él respondió -guitarra en mano- con la composición “Tu nombre me sabe a hierba”. En tono más serio, ‘Nano’ se sentó para referirse a la mortalidad y la explotación infantil, enmudeciendo a los presentes con la entonación de las letras de “Niño silvestre”; luego, saltó de la banqueta y sus 71 años de gracia y salero se pusieron de manifiesto con “Algo personal”, “Para la libertad” y “Mediterráneo”, parte del cancionero que fue ovacionado de pie.

El intérprete se despidió de la escena a las 10:40 p.m. ante un público que no quería despedirlo.