Abandono
En verdad que el cuerpo estatal dominicano es un enfermo terminal que por donde quiera que lo toquen sale a flote una dolencia más o menos grave, no importa que se trate del Gobierno Central o de cualquier poder del Estado.
La denuncia publicada por este medio de que se venden en el país miles de productos sin su registro correspondiente, es otra llaga abierta, que demuestra como el Estado está lleno de departamentos y oficinas que no hacen su trabajo.
Para los importadores o fabricantes de esos productos, no declararlos es una economía menor, pero para el Estado es un ingreso dejado de percibir y, peor aún, un abandono de su obligación de proteger a los consumidores, los mismos ciudadanos que votan en las elecciones y pagan impuestos.
Se dirá que no es un asunto tan grave que se vendan productos sin el correspondiente registro, pero una cosa lleva a la otra. Así como hay productos acreditados que no tendrían problemas, esa falta de control permite que entren y se vendan otros de dudosa calidad. ¿Quién podrá defendernos?
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