¡Acuérdate de Manolao!
A Wenceslao Figuereo, alias Manolao, le tocó la Presidencia al morir Ulises Heureaux. El desempeño del Ministerio de Interior y Policía, en las sucesivas administraciones de Lilís, su carácter discreto, conciliador y la habilidad, preferida del dictador, de desplumar la gallina sin hacerla cacarear le llevaron a la vicepresidencia en el 1893. Enrique Henríquez, ministro de Relaciones Exteriores, propuso la renuncia del Gabinete para facilitar la llegada de hombres nuevos. El miedo a bajar, la costumbre y el cálculo egoísta provocaron como única respuesta el silencio oportunista. El presidente Figuereo, falto de energías, no los quitó. ¡Danilo, acuérdate de Manolao! hfigueroa@diariolibre.com
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