Una ciudad

Los problemas vividos por los vecinos de Isabel Villas tendrán (al menos eso esperan) una solución en la decisión que tomará el juez el próximo jueves

Los problemas vividos por los vecinos de Isabel Villas tendrán (al menos eso esperan) una solución en la decisión que tomará el juez el próximo jueves. Años de demandas, denuncias y agresiones que incomprensiblemente no han tenido otra salida que los tribunales. (Sí, se puede desobedecer cualquier normativa municipal sin que al infractor le pase nada.)

Ahora que las ciudades crecen hacia arriba, los problemas suben y suben... Propietarios o inquilinos que no pagan los gastos de comunidad, que no respetan los decibelios de sus gustos musicales ni remedian las costumbres de sus mascotas. No ayuda, desde luego que no ayuda, que desde los ayuntamientos se incumplan las normas, se irrespeten las densidades o se den para negocios permisos irreconciliables con la vida en comunidad.

La Torre Gabriel en la Avenida Sarasota o el conjunto de edificios de viviendas del Malecón Center parecen ser dos ejemplos de que a veces, todo lo que puede salir mal en este difícil ejercicio de convivir con otros... sale mal. Vecinos que tienen que irse de su casa porque otro les hace la vida imposible, juntas de condominio en las que se exhiben armas largas, procesos ante los tribunales que nunca se resolverán porque siempre hay un abogado que logra que se reenvíen... Las ventajas de vivir en una casa desaparecieron en Isabel Villas, de la misma manera que las de vivir en un bloque de apartamentos se esfumaron  de la Torre Gabriel o el Malecón Center.

Ahora que la ciudad crece verticalmente y las calles se ahogan asfixiadas por el tránsito, debemos revisar las reglas de convivencia. Las ciudades evolucionan más rápidamente que los hábitos de sus vecinos.

Santo Domingo es esa ciudad ruidosa, sucia y desordenada... de la que nadie se quiere marchar.




Inés Aizpún es una periodista dominicana y española. Actualmente es la directora de Diario Libre. Ha recibido el premio Caonabo de Oro, el Premio de la Fundación Corripio de Comunicación por su trayectoria, y el premio Teobaldo de la Asociación de Periodistas de Navarra.