Calle Danae, 14 y 16

En los años 90 la Danae, en Gazcue, era una calle estupenda. Gobernada por señoras como doña Esther Pérez Montás y doña Ana Bosch que sabían a quién llamar cada vez que explotaba un transformador. Una calle animada por las mejores hamburguesas de la ciudad (y parte del extranjero) que Scarlett Rodríguez cocinaba en Ohara’s Place y por los cubatas de Paco Bananas.

Claudio Acosta, Ana Gallo, Juan Basanta, doña Lili, Mirna, Sarita y Julito en sus velocípedos, Jennifer la estudiante de veterinaria norteamericana que se quedó aquí para siempre por culpa de Juan Pablo... Sus vecinos la hacían una calle divertida, educada y pulcra. Mateté, doña Teresa viuda Mesa, vivía en el número 16 de la calle. Compartía “su” vendedor de nísperos –los más dulces, los mejores– solo si la vecina de la Danae 14 (en esa época, quien escribe esto) le caía bien.

Pero esta no es una nota de las de “cualquier tiempo pasado fue mejor”, ni de “en mis tiempos...” Es simplemente una despedida a una calle maravillosa que empezó a acoger hotelitos de dudosa (¿por qué dicen dudosa, si está clarísima?) reputación, algún centro de masajes, oficinas públicas y que ahora protesta para que no derriben una de estas dos casas (o las dos) para hacer parqueos para el Colegio de Notarios.

Gazcue merecía muchísimo mejor destino que el que le ha deparado el paso de los años. Quizá las casas de los números 14 y 16 de la calle Danae sean humildes y pequeñas. Quizá todavía estén ahí solo un tiempo más para recordar que lo lógico es que el Colegio de Notarios se hubiera instalado en un local con parqueos y no en esta calle corta de Gazcue por lo que aspira a derribar una coqueta casa de madera, testimonio de lo hermosa que era esta arquitectura local.

Inés Aizpún es una periodista dominicana y española. Actualmente es la directora de Diario Libre. Ha recibido el premio Caonabo de Oro, el Premio de la Fundación Corripio de Comunicación por su trayectoria, y el premio Teobaldo de la Asociación de Periodistas de Navarra.