El alcalde

Un día antes de que anunciara que no se postulará para la Alcaldía de Santo Domingo, todo eran rumores sobre el futuro político de David Collado.

Rumores para todos los gustos. Va de vice con Luis. Va de vice con Gonzalo. Se tira para presidente por Un país para todos, el partido de Morrison. Repite la Alcaldía. Los empresarios quieren que se lance para presidente. Otros empresarios quieren que se aguante. En el PRM necesitan que repita. En el PRM no lo quieren.

Collado llegó a la Alcaldía y una de sus primeras decisiones fue trabajar con el PNUD en su sistema de supervisión de las contrataciones y compras, decisión que fue una auténtica declaración de intenciones. Se presiente ya una alcaldesa que haría bien en seguir esta línea; lo de llevar una mujer como vicealcaldesa “para captar el voto femenino” ya es un cliché.

Su pasión por la Ciudad Colonial le llevó a dar vida institucional al desaprovechado Palacio Consisterial de El Conde y eso también gustó. La recogida de basura ha sido otro de sus aciertos y el rescate de Montesinos (con el fuerte significado de este monumento) y el Malecón otros logros. Llegó y entendió que no era el momento de prometer lo incumplible sino de encaminar su gestión con acciones estratégicas: basura, mercados, cementerios.

Su gestión, a falta de seis meses, tiene luces, sombras, defensores y detractores pero es innegable que ha marcado un estilo menos politiquero de gobernar la ciudad, apoyado en un equipo joven que le ha acompañado con entrega y profesionalidad.

Al PRM le toca ahora primero entender por qué los índices de popularidad e intención de voto de Collado son tan altos y aprovechar el tirón para conservar la alcaldía de la capital. Y tantear el futuro político de Collado.