Las damas del dembow

El video ha circulado por las redes y recogido cientos de comentarios favorables. Celebrar los ochenta años con un grupo de buenas amigas y al ritmo de dembow es... insuperable.

Hay que reírse de las arrugas y los achaques. Y si es con la “i” cibaeña, puntúa más. Superar con gracia (nada de resignación) las limitaciones y las libras de más es inteligencia en estado puro. Hay que celebrar que la amistad entre mujeres es persistente y confiable. Divertirse... ¡más fácil a los ochenta que a los veinte!

Dicen los que saben de eso que a partir de los 70 los niveles de felicidad son mayores que en etapas anteriores de la vida. Que con inteligencia para no empeñarse en detener el tiempo y con intereses personales y rodeados de cariño familiar, la vejez es una de las mejores etapas de la vida.

Ver a un grupo de damas santiagueras darse un homenaje a los 80 con DJ incluido es un recordatorio de que ni el bótox ni la cirugía remiendan el sentido del humor y que hay que cultivar siempre la capacidad de disfrutar con gente a la que se quiere.
Envejecer es un arte, escribía en un pequeño tratado André Maurois. Y el arte tiene muchas manifestaciones. Estar unidas a través de los años, acompañarse en los buenos y en los malos momentos, buscar el tiempo de divertirse juntas y de dar golpes de cadera al ritmo de moda... es arte de vivir.

Los nietos... que disfruten de estas abuelas maravillosas y que se preparen. Si así han sido los 80... ¡qué maquinarán para los 90!

IAizpun@diariolibre.com