Mary Loly

Una vida dedicada a amar el Arte

Mary Loly Pérez de Severino

Exquisita, elegante en el trato y en la conversación, en los intereses. Maravillosa cocinera, divertida, vivaz, chispeante en las tertulias... a Mary Loly Pérez de Severino le gustaba la vida tanto como el Arte al que dedicó sus mejores años.

Gestora cultural, apasionada de la pintura y la cultura, añoraba todavía La Galería, ese centro de arte que dejó “en pausa” para marcharse a España acompañando en labores diplomáticas a Jorge, el amor de su vida. Así de fácil se describe una relación que marcó sus vidas e influyó en una parte de la vida cultural dominicana.

Mary Loly siempre tenía planes futuros, proyectos en marcha, ideas para otros.

Su calidez y su inteligencia completaban una personalidad que le hizo ser apreciada en cuantos ámbitos se desenvolvía. Durante muchos años, fue la española que había llegado de niña al país y mucho después, la dominicana que volvía a un país muy diferente. Abuela adorada, anfitriona de una peña de muchos años y amistades inquebrantables, ha sido enormemente admirada.

Ahora toca querer y acompañar a Jorge, el maestro de las negras más bellas de la pintura dominicana.