Mujeres con pocas oportunidades

La historia de la democracia representativa está llena de intentos de limitar el voto. Ya fuera por razones de raza, sexo, educación o posición económica, los sistemas políticos buscaron siempre la forma de limitar el acceso al voto a aquellas personas consideradas inferiores.

No se crea que se trata de cosas del pasado. En estos momentos varias cortes en los Estados Unidos están conociendo intentos para limitar el voto de los negros a través de diferentes medios de inadmisión, muchos de los cuales son tan burdos que no resisten el análisis de los tribunales, pero otros han llegado hasta la Corte Suprema de ese país.

Aquí estamos asistiendo a un proceso similar que, de seguro, terminará en el Tribunal Constitucional, con las disposiciones de las nuevas leyes electorales que eliminan de hecho la posibilidad de que se pueda cumplir con la cuota de la mujer como es de justicia.

Cuando se estableció la cuota femenina se entendió que los partidos debían hacer un esfuerzo para formar mujeres que pudieran competir con éxito en los certámenes electorales. Sin una práctica política y el apoyo de los partidos, las mujeres tienen pocas posibilidades de alcanzar una posición pública. Los partidos, que no hicieron su trabajo, no pueden alegar ahora que no existen suficientes candidatas con las cualidades para ganar.

De hecho, las mujeres que nos representan en el Congreso, de modo general, son esposas de funcionarios o vienen de familias de tradicional participación política.

Debemos rechazar los intentos de limitar a mujeres y jóvenes la oportunidad de ganar posiciones políticas. Saquemos el machismo de la política dominicana.