¿Para qué son los impuestos?
El Alcalde del Distrito Nacional acaba de juramentar un patronato que se encargará de proveer a las necesidades del Cuerpo de Bomberos. Eso está muy bien, con un gran pero...
Los munícipes de Santo Domingo pagan impuestos y los empresarios que forman el patronato representan a algunos de los que más pagan, pero ese dinero nunca alcanza para las obras de verdadera importancia para la ciudad y para el país.
Algunos economistas hablarán de la baja presión fiscal o de la escasez de recursos en el país, pero que no le hablen al pueblo que paga impuestos de baja presión y que tampoco hablen de que faltan recursos cuando lo que vemos a diario es cómo se dilapidan los dineros del pueblo en salarios de lujo, en puestos que no tienen justificación y en el pago de solidaridades políticas sin otro merecimiento.
Aquí, hasta para reparar el baño de un edificio público hay que tomar un préstamo. Para pagar la regalía a los empleados municipales hay que coger prestado a pesar de que la ley establece la obligación de los cabildos de apropiar mensualmente las sumas correspondientes a la regalía pascual. Eso solo debería ser motivo de destitución de los funcionarios que no cumplan con la obligación.
El Gobierno crea presupuestos deficitarios y tomará prestado para financiar ¡gastos corrientes!, una acción pecaminosa que nadie aconsejaría a un padre de familia.
Es bueno que los empresarios expresen su disposición de ayudar y que lo hagan con generosidad, pero eso no puede hacerse en sustitución del deber que corresponde a las instituciones públicas.
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