Permisividad

Los dominicanos estamos comenzando a pagar el precio de nuestra permisividad ante las violaciones a la ley.

Antes dejamos que el policía “se defendiera”. Ahora tenemos una policía corrupta que nos dará mucho trabajo arreglar.

Permitimos que se violaran todos los códigos de construcciones y las reglas de zonificación y a cada rato una explosión pone en peligro a los habitantes de un sector.

Para economizar, dejamos que contaminaran nuestros ríos y el subsuelo y que deforestaran nuestros bosques.

Admitimos que los “padres de familia” hicieran de todo con el tránsito, encarecieran el transporte de carga, nos montaran como animales en vehículos que funcionan por obra y gracia del Espíritu Santo y que cada cual se cogiera un pedazo de tierra porque “eso era del Estado”, arruinando la seguridad jurídica.

Permitimos que el sistema cometiera todo tipo de abusos, incluso asesinatos, porque se trataba de “delincuentes”, ignorando que nadie puede ser juez de su propia causa.

Dejamos que la escuela, la Justicia, el orden y la decencia se relajaran de tal modo, que todo el tejido social ha sufrido un daño que ojalá no sea irreparable.

Y todo eso, porque cada cual se la buscó para arreglar su problema individual sin pensar en el bienestar colectivo.

Creamos “derechos” sin obligaciones y hoy nos lamentamos de lo que cuesta el Gobierno, de la baja calidad de vida y de lo peligroso de vivir aquí.

Se nos acaba el tiempo: comenzamos a cumplir la ley o no tendremos futuro.

atejada@diariolibre.com